El síndrome del viajero inmóvil, el lado menos saludable del verano

El síndrome del viajero inmóvil, el lado menos saludable del verano

MADRID. ESPAÑA En España el verano es igual a vacaciones. Desde junio y especialmente en agosto todos cumplen su sueño de un merecido recreo. Sin embargo, hay un elemento que puede convertir este sueño en pesadilla: El síndrome del viajero o de la clase turista. El factor “aguafiesta” es una trombosis venosa profunda o, su complicación más grave, la embolia pulmonar que aparece en personas que realizan viajes superiores a las cuatro o cinco horas de duración.

La Organización Mundial de la Salud, OMS, advierte que durante temporadas como el verano, donde aumenta la frecuencia de viajes, también se duplica la posibilidad de sufrir de este síndrome. Por eso a continuación ¡Vivir! les da información y algunas recomendaciones para evitarlo. Todo sea por disfrutar de sus vacaciones y conservar la salud.

Su nombre.  ¿De dónde viene el particular nombre de esta enfermedad? Su bautizo como “El síndrome del viajero inmóvil” o  “El síndrome de la clase turista” se debe a su relación con la reducción de la movilidad observada en los viajes prolongados en avión. El nombre se relaciona en general con la “clase turista” de los aviones por las limitaciones de espacio en la cabina de un avión en esta clase, pero esto no significa que no pueda desarrollarse  en viajeros que ocupen asientos de primera clase.

Enfermedad peligrosa. Pese a su ameno nombre, “El síndrome del viajero inmóvil” es una enfermedad tan peligrosa que puede llegar a la mortalidad.

Esto porque consiste en la formación de coágulos de sangre en las venas profundas de las piernas.

Estos coágulos, se forman durante la fase de movilidad reducida del viaje, pueden emigrar hacia territorios lejanos como los pulmones, y provocar una embolia pulmonar, que consiste en la oclusión parcial o total de las arterias de los pulmones, por coágulos que han emigrado de lugares distantes como las piernas.

Factores de riesgo.  Si bien el factor edad es importante, las personas jóvenes no están exentas del riesgo de presentar las trombosis y la embolia pulmonar asociadas TVP y EP.

Tampoco lo están quienes viajan en automóvil, autobús o tren pues se ha demostrado que el síndrome también puede presentarse en estos casos. 

De aquí se deduce que los factores fundamentales en la aparición de este síndrome son la inmovilidad y la restricción de espacio físico, de ahí que se utilice también el término “síndrome del viajero inmóvil”.

En verano se duplica la posibilidad de sufrir de esta enfermedad por la cantidad de persona que sale de vacaciones.

Cómo evitarlo

Algunos ejercicios reconocidos para evitar la aparición de este síndrome son:

1.  Haga círculos con el tobillo: girando ambos, uno en el sentido de las agujas del reloj y el otro al contrario, con la punta de los pies en el suelo y los talones alzados.

2.   Haga flexiones de pies: apoyando el talón en el suelo y levantando la punta hacia arriba.

3.  Levante la rodilla: con la espalda apoyada sobre el respaldo suba una de las piernas a media altura con la rodilla flexionada, mientras  contrae el muslo. Baje la pierna relajando el músculo e inicie el ejercicio con  la otra pierna.

4.   De paseítos por el avión, el bus o el tren cada una o dos horas.

5.   La deshidratación es un factor de riesgo, de ahí que sea recomendable beber con regularidad pequeñas cantidades de agua.

6.  ¡Vista cómodo! Se aconseja que ni la ropa, ni el calzado sean ajustados para así favorecer la circulación sanguínea.

7.  Beber agua, abstención de alcohol, por sus efectos deshidratantes.

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