El sistema de defensa del organismo

El sistema de defensa del organismo

Es decisivo en el mantenimiento de la salud, por lo que hay que mantenerlo en orden. La gente habla de elevar el sistema de inmunidad, como si eso fuera una tarea similar a engrosar los músculos, o reducir el colesterol. Cientos de anuncios de suplementos y otros productos prometen “aumentar su inmunidad”.

Pero mantener este sistema en buena forma es una tarea compleja. Y la pregunta “¿Cómo hago para aumentar mi inmunidad?” equivale a “¿Qué debo hacer para mantenerme bien?”.

El combate contra las enfermedades. Una “guerra” es una metáfora útil para la reacción del cuerpo humano a una enfermedad. Por eso, a los que escribimos de ciencia nos gusta describir el sistema en términos militares. Pero a diferencia de las Fuerzas Armadas, el sistema inmunológico no tiene cuartel general, ni comandante en jefe. Sus operaciones son generalmente más rápidas y más eficaces que lo que pudiera ser cualquier ejército.

Más que “hacer la guerra”, su sistema inmunológico se parece más a un servicio de inmigración: una burocracia celular altamente diferenciada que supervisa su intercambio biológico con el mundo exterior, procesa miles de millones de elementos de información sobre los materiales que entran, y desarrolla la acción de rutina que se requiera. Solo ocasionalmente declara un “estado de emergencia”.

La función básica del sistema inmunológico es reconocer “mi yo” (las células propias del organismo) y los “no yo” (un antígeno: un virus, un hongo, una bacteria, o cualquier fragmento de tejido extraño, o toxinas). Para lidiar con los elementos extraños o antígenos, el sistema produce células especializadas, las células blancas de la sangre, para reconocer a los infiltrados y eliminarlos.

Todos venimos al mundo con cierta inmunidad innata. En la medida en que interactuamos con nuestro entorno, el sistema inmunológico se vuelve más adepto a protegernos. Esto es lo que se denomina “inmunidad adquirida”. 

LAS PARTES DEL SISTEMA

Entre los componentes primarios del sistema inmunológico hay una variedad de células blancas que constituyen una red de comunicaciones que ayuda a organizar la respuesta inmunológica.

La mayoría de las personas se sorprenden cuando se enteran de que la piel, incluyendo las membranas mucosas, está entre los componentes más vitales de la inmunidad. La piel no sólo forma un muro de contención contra los intrusos, sino que en realidad alerta a las células blancas si ese muro se rompe (una herida, por ejemplo). La protección que aporta la piel intacta es la razón por la cual es casi imposible atrapar una enfermedad en un inodoro público, por ejemplo.

Los agentes más infecciosos entran al cuerpo cuando los inhalamos o tragamos; unos pocos pueden entrar por los genitales. Llegan a la sangre y se desplazan rápidamente por el organismo.

El sistema inmunológico tiene su propio sistema circulatorio, llamado vasos linfáticos, que permiten que las células blancas atrapen a los intrusos.

Otras partes importantes del sistema incluyen las amígdalas y las adenoides; el timo, el páncreas, los nódulos linfáticos, el apéndice, ciertas áreas del intestino delgado y la médula ósea. 

¡NO DÉ REPOSO A SU CEREBRO!

Ejercicios psíquicos para mantener activa la mente. El deterioro mental asociado a la edad no es inevitable. Mantener su cerebro en forma y su memoria activa es vital para no notar el paso de los años. Siga los consejos de los expertos Lawrence C. Katz y Manning Rubin, de EE UU.

Al despertarse, huela vainilla: lo normal es asociar el primer instante matinal con el olor a café; cambie este hábito y huela esencias de vainilla o menta para activar los enlaces neuronales.

Dúchese con los ojos cerrados: localice los grifos y gradúe la temperatura del agua utilizando sólo el sentido del tacto. Potenciaría así las asociaciones táctiles.

Recuerde que tiene mano izquierda: lávese los dientes o coma con la mano izquierda (si es diestro). Activará las conexiones cerebrales de las áreas menos usadas.

Pruebe nuevos caminos: no repita el mismo recorrido al trabajo. Estimule al cerebro con más rutas.

Aprenda Braille: no se trata de ser un experto, pero sí de conocer lo básico (los números, por ejemplo). Así, activará las conexiones que unen las regiones cognitivas del córtex con las sensitivas.

Mueva las cosas: descoloque su mesa de trabajo para activar su “mapa espacial”. prevenir

¿EL AJO PUEDE CURAR LOS CALLOS Y DUREZAS?

El ajo puede utilizarse directamente sobre la zona afectada. Se corta una lámina de 2 mm. obtenida del interior del bulbo y se sujeta con un esparadrapo, ya que su acción es muy corrosiva. Debe utilizarse al principio durante un tiempo breve: una noche o, como máximo, 24 horas, y observar cómo evoluciona la piel antes de repetir. Luego se va renovando diariamente hasta que desaparezca la dureza. Otra opción consiste en utilizar un emplasto de hiedra y ajo. Se machacan unas hojas de hiedra y un ajo en un mortero hasta formar una pasta, que se coloca sobre el callo o dureza durante 24 horas y se repite diariamente. Prevenir

GÁRGARAS DE LIMÓN PARA EL PICOR DE GARGANTA

El limón se ha utilizado como agente terapéutico desde la antigüedad (Avicena, Dioscórides…). Se le atribuyen propiedades diuréticas, carminativas, aperitivas, digestivas, vasoprotectoras, antirreumáticas, antigotosas, cicatrizantes, antianémicas, hipotensores… En cuanto a la aplicación por la que me pregunta, efectivamente, el limón es antiséptico y emoliente, aliviando irritaciones de garganta, anginas y aftas en la boca, cuando se utiliza como colutorio y para hacer gargarismos. Su alto contenido en vitamina C, además, incrementa la resistencia del organismo a las infecciones en general. Prevenir

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