El Sistema de Salud en el debate político

El Sistema de Salud en el debate político

JESÚS FERIS IGLESIAS
Actualmente el tema de establecer un verdadero Sistema de Salud en el país está en el tapete, sobretodo cuando se habla de poner a funcionar el componente contributivo de la Seguridad Social  que solo abarca los servicios a aproximadamente el 30% de la población.

Estoy convencido de que este es el momento de que los partidos políticos y sus candidatos presidenciales, coloquen como tema principal de la agenda de la próxima campaña, la realidad del Sistema de Salud Dominicano.

Me gustaría escuchar en el debate entre los partidos políticos y sus candidatos, discutir a profundidad el necesario aumento presupuestal para el Sistema de Salud Dominicano.

No es posible brindar los servicios más elementales de salud con calidad y universalidad a la población con la asignación del 1.6% del producto interno bruto  a salud, cuando países en condiciones similares a la nuestra invierten más del 6% de su PIB como son Costa Rica, Chile, Venezuela, Argentina, Uruguay, Cuba, Corea, Indonesia, Vietnam.

Me gustaría oír en las ofertas políticas a la población, cómo los partidos y los candidatos  nos explican qué medidas tomarán para disminuir la mortalidad materna e infantil, ya que la primera es una de las más elevadas del continente americano y la segunda, si bien ha ido disminuyendo, dista mucho de las metas del milenio de reducir las tasas de mortalidad en 2/3 partes de la actual para el año 2015.

Me gustaría escuchar a diario explicaciones de cómo el componente subsidiado de la Seguridad Social, que es de aproximadamente un 50 a 60% de la población va a ser cubierto con las designaciones presupuestarias del gobierno. Se estimaba que para este año, este componente tendría un presupuesto de unos 10 mil millones de pesos y el presupuesto de la nación solamente le asignó un mil seiscientos millones de pesos.

Me gustaría escuchar el compromiso solemne de los partidos políticos y sus candidatos de mejorar la salud del pueblo dominicano a través de la introducción de nuevas vacunas disponibles actualmente y cuando se habla de ellas se dice que son muy caras, pero no se dice lo mismo cuando de inversiones públicas improductivas se desarrollan como tantas que se han realizado a través de los años.

Si algo es equitativo, son las vacunas para prevenir muertes, enfermedades,  secuelas permanentes, días de ausencia laboral, escolar y sufrimiento familiar. Sin embargo cada día nuestro país se rezaga más de otros países que  las introducen en sus programas nacionales de inmunización.

Me gustaría ver en los programas diarios de televisión, radio y periódicos escritos, planteamientos creíbles y promesas concretas para establecer planes de nutrición infantil en los menores de cinco años de edad. Es decir, en las edades que los niños no asisten a la escuela y que el cerebro es dónde está en desarrollo. Sabemos que después de los cinco años de edad el desarrollo cerebral se  detiene y sin una nutrición adecuada en ese período crítico poco se logrará en el futuro.

Me gustaría que me convencieran cuando expongan los programas de prevención de accidentes de vehículos de motor. Nada se habla de que es la causa principal de muerte en adolescentes; carreteras sin señalamientos ni iluminaciones adecuadas, no control de las leyes de tránsito. Vehículos sin luces, motoristas sin casco, en fin, prevenir las causas de accidentes que además de las muertes, inhabilitan por meses a un grupo de población en edades más productivas.

Y qué de los envejecientes. Cuáles planes tienen para que ellos puedan tener una vida decente, con las atenciones adecuadas y los medicamentos asequibles.  

Ojalá que otras voces se unan a las nuestras para demandarles a los partidos y sus candidatos cambiar el lenguaje primitivo de serruchar el palo, o seguido en el palo, o sacarlo por el rabo o el León que más muerde, por una verdadera propuesta de desarrollo creíble con exposiciones de lo que se puede  o no hacer.

De esta manera podríamos darle un giro a nuestra democracia, que la sentimos agotada, y evitar como algunos proclaman la necesidad de un redentor de mano dura, como tantos que han pasado por nuestra historia y solo atraso y miseria han producido.

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