POR CARLOS NINA GóMEZ
Ramón Nerys, apodado “El Sordito”, es otro de los boxeadores dominicanos que -dentro del boxeo profesional- quedó inscrito en la lista de los que “pudieron ser, pero no fueron”.  Figura en la extensa lista de púgiles quisqueyanos aspirantes de ser monarcas mundiales.

Como se ha publicado en esta serie de reportajes, el boxeo de paga de República Dominicana, al momento de sumarse otro capítulo de estos trabajos, cuenta en su libro 13 monarcas mundiales.

Hay que seguir citando, aunque parezca manido, al legendario Carlos -Teo- Cruz por ser el primer criollo en adueñarse de un cetro mundial tras lograr, el 29 de junio de 1968, la conquista del cetro ligero. La recordación siempre hay que hacerla: su título mundial, en memorable pelea montada en el Estadio Quisqueya de Santo Domingo, lo obtuvo al vencer (en 15 asaltos) al puertorriqueño Carlos Ortiz.

Nerys, un joven gladiador oriundo de Santiago de los Caballeros, que a corta edad vino a Santo Domingo a practicar boxeo, tuvo momentos gloriosos en cuadriláteros de la capital. En el Palacio de los Deportes de Santo Domingo, en los años 1981, 1982, 1983 y 1984, este pequeño púgil, aunque prácticamente era un novato, concitó la atención de la ferviente fanaticada del boxeo.

 Invencible en  Santo Domingo

Cuando se anunciaba la participación del “El Sordito” Nerys en una de las atractivas carteleras, el promotor que la montaba tenía asegurada una masiva asistencia, porque el ángel del peleador del peso mosca garantizaba una considerable afluencia de público.

Entre los combates más importantes en el que accionó -según informes ofrecidos por Pedro Aponte ciudadano puertorriqueño que bregó en el país, en su condición de entrenador y apoderado de boxeadores quisqueyanos, y que tuvo que ver con acuerdos para varias de las peleas en las que competió  “El Sordito” Nerys- figuran las que protagonizó con Francisco Quiroz y Ernesto Sánchez, ambos destacados púgiles también dominicanos.

Quiroz, quien figura entre los 13 monarcas mundiales paridos por República Dominicana (ganó la corona mundial del peso minimosca al vencer a Lupe Madera), y Nerys realizaron una de aquellas peleas que pararon de sus butacas a miles de fanáticos que acostumbraban disfrutar del buen boxeo que tenía como escenario el Palacio de los Deportes del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.

El negativo momento

“El Sordito” Nerys, que estaba invicto (18-0), comenzó una rigurosa preparación físico-ténica en razón de que ya había sido avisado, de forma oficial, que enfrentaría a Laciar por el campeonato súper mosca de la OMB.

La ciudad escogida para el escenario del pleito titular Nerys-Laciar fue Córdoba, en Argentina.

Como ha ocurrido con varios de los pugilitas criolllos que tuvieron la oportunidad de ser monarcas mundiales, “El Sordito” Nerys y sus consejeros -entre ellos Pedro Aponte y Pascual “Jigüerita” Sánchez, quien era además uno de sus entrenadores-, no vacilaron en aceptar la oferta a su pupilo para el anunciado encuentro titular.

Con su expediente profesional límpido (18-0), mucha gente del país se sumó a los que confiaban en una victoria del retador criollo al cinturó de Laciar quien era un “acorazado” de las cuerdas.

El tres de marzo de 1984 comenzó el fatídico momento para “El Sordito” Nerys, quien había despertado la esperanza del país deportista dominicano de una victoria del pequeño gladiador cibaeño sobre el estelar peleador argentino Santos Laciar.

Sin embargo, ese optimismo y confianza de “El Sordito Nerys” se fueron al piso. Y el pugilista criollo, en menos de 15 minutos quedó triturado por la anestesia de Santos Laciar.

Fue un momento muy negativo para el frustrado aspirante al campeonato mundial de las 115 libras. Y el proyecto de “El Sordito” Nerys quedó en una quimera.

Tras ese sentido fracaso, Nerys pasó a ser un boxeador “del montón”, sin ninguna perspectiva para una segunda oportunidad e ir de nuevo en busca de una faja mundialista.

Nerys lleva retirado de las 16 cuerdas más de 15 años y, como la mayoría de los pugilistas dominicanos que no lograron conquistas mundiales, en la actualidad vive en Estados Unidos. Pero casi “noqueado”, por no disfrutar de un buen status social-económico.