El sueldo No. 14

El sueldo No. 14

Desde hace varios años, el Ministerio de Educación ha venido repartiendo al inicio del año escolar millones de libros de texto entre niños y adolescentes que cursa estudios en escuelas, politécnicos y liceos públicos.

La intervención de los grandes almacenes y supermercados en el negocio de libros, y en el de venta y confección de uniformes escolares ha contribuido con su abaratamiento.

A pesar de que todos esos rublos han bajado de precio, enviar un niño a la escuela (llámese pública o colegio privado) supone para los padres un gasto ascendente a varios miles de pesos, lo que le resulta oneroso a muchos de ellos.

Padres de familias no enviaron sus hijos a la escuela el 17 de agosto próximo pasado, fecha de apertura del presente año escolar, bajo el alegato de que por el momento no disponían de recursos para comprar uniformes, libros, lápices. Incluso, muchos adujeron que sus hijos no tenían zapatos.

El relativo alto costo de la matrícula en los colegios privados de primerísima categoría ha dado lugar a llamativas ofertas de entidades bancarias que ofrecen créditos para fines de pago de matrícula y de compra de libros y materiales didácticos. Claro está que los padres familias de sectores carenciados (los cínicos del FMI los llaman así) no califican para crédito de la banca comercial.

¿Cómo solucionar el problema de la falta de disponibilidades económicas para matricular y enviar sus hijos a la escuela en la fecha señalada?

Hace dos o tres años que lanzamos la idea de un sueldo No. 14 que habrían de recibir en agosto de cada año todos los empleados públicos y de las instituciones autónomas. Así, una mayoría de padres de familias podría enviar sus hijos a la escuela sin mayores contratiempos en la fecha de apertura del año escolar. Esa idea nuestra, aunque acogida en parte por los señores legisladores, no prospera. Ahora, volvemos a reiterarla.

El sueldo No. 14 no sería para fiestas y bebentinas como sucede con el doble sueldo navideño, sino para el pago de matrícula, y para la compra de uniforme, libros y demás materiales didácticos.

El autor de esta crónica no es especialista en materia de finanzas públicas, por lo que no sabe a ciencia cierta si en estos momentos el gobierno dominicano dispone o no de recursos suficientes para otorgarles a sus servidores un sueldo adicional, el número 14. Si por el momento no es posible hacerlo, aspiramos a que nuestra idea quede en agenda en espera de tiempos mejores.

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