El Sueño

El Sueño

Virginia Pardilla.

Todos en algún momento hemos tenido dificultad con relación al sueño; una de las más comunes es aquella que afecta el proceso de conciliarlo justo cuando nos proponemos empezar a dormir. Tener un sueño profundo y reparador es una necesidad, no una opción, de allí depende que podamos descansar de manera efectiva; nuestro cuerpo y nuestra mente lo necesitan para un correcto funcionamiento de todo el organismo y para tener las energías que requerimos para enfrentar cada día.

La necesidad de dormir se manifiesta en todas las edades. Es posible evidenciarlo incluso en los bebés y los niños, estos al igual que jóvenes y adultos reflejan las consecuencias negativas de no dormir bien.

La falta de sueño altera nuestras emociones, al punto de desarrollarnos problemas psicosomáticos, tales como dolor de cabeza, problemas gastrointestinales, pérdida del apetito, estrés, entre otros. Estos síntomas podemos verlos en todas las edades, razón por la cual es necesario no sólo cuidar nuestros hábitos de sueño, sino inculcar en nuestros hijos un patrón adecuado en las noches, que les permita acceder a éste sin dificultad.

Además de presentarse como incapacidad para conciliar el sueño, el insomnio se manifiesta como un impedimento para dormir corrido varias horas. Algunas personas pueden dormirse fácilmente, pero se despiertan constantemente durante la noche. Esto puede ocurrir incluso a pesar de estar acostado de manera confortable.

Muchos niños afirman haberse levantado durante la madrugada, o no haberse quedado dormidos mucho después de que los hemos acostado. Por lo tanto, visitarlos en sus habitaciones luego de que se han acostado, resulta importante para asegurarnos de que nuestros hijos no alteren su sueño con distractores y, si detectamos algún problema, podamos ayudarlos a tiempo.

La mayoría de las personas que tienen dificultad para dormir se muestran irritables, provocándoles problemas con las personas que les rodea. Otros creen poder acostumbrase a dormir pocas horas sin que esto les afecte, lo cual no es real, pues incluso para compensar un tiempo en el que se estuvo durmiendo incorrectamente se necesita semanas en ocasiones un período en que se pueda dormir más de ocho horas diarias. Es por esto, que compensar la falta de sueño no están fácil y revertir sus daños lo es menos aún.

En los niños y jóvenes también podemos ver estos signos de irritabilidad, cansancio, e incluso signos físicos tales como ojeras, el color de la piel del rostro alterado, los niveles de alerta exacerbados, junto a dificultad para concentrarse, recordar instrucciones y participar de manera fructífera en sus actividades deportivas.

Las personas que padecen de insomnio o deuda de sueño pueden sufrir de dormirse por un breve período de tiempo o tener “microsueños” a lo largo del día, lo cual es una señal de que nuestro cuerpo está demandando descanso profundo para que el organismo continúe teniendo un sano funcionamiento. Sin embargo, estos “microsueños” son peligrosos pues pueden ocurrir involuntariamente, y la persona que los tiene se ve en riesgo de perder el control durante un lapso de tiempo, poniendo en peligro su integridad.

En los niños y jóvenes, estos “microsueños” suelen aparecer en las horas de clase, o en los vehículos, mientras los transportamos, afectándose así su jornada laboral.

Las consecuencias de la deuda de sueño pueden ser altas, sobre todo para el cerebro, se van acumulando a medida que sumamos más horas sin dormir, ya que las funciones vitales se ven afectadas de diversas maneras. Lo primero que suele verse impactado es la concentración, la memoria, y poco a poco se afecta toda la actividad cerebral. Aunque, como dijimos anteriormente, hay maneras de recompensar esta deuda, para mala suerte la falta de sueño no se recupera del todo, aunque empecemos a dormir bien.

Algunas de las quejas más frecuentes de las personas que padecen insomnio suelen ser:
“Tengo problemas para conciliar el sueño cuando me acuesto”. “Tardo en quedarme dormido luego de acostarme “, “me despierto varias veces en la noche”.

El insomnio tanto agudo como el crónico tiende afectar más a las personas mayores que a las jóvenes. Un insomnio duradero puede causar una fatiga extrema y llevar la persona a un estado de ánimo importante, incluso puede desarrollar una depresión severa, debido al desbalance químico que se produce con este problema, junto a las demás razones que se van asociando, tales como la preocupación al percibir las dificultades que se van padeciendo.

Para mejorar la calidad de sueño hay muchas recetas, desde trabajar las circunstancias psico-emocionales que lo provocan, como por ejemplo, disminuir el nivel de estrés, mejorar la alimentación, incluyendo en el menú el consumo de frutas y verduras; aumentar el consumo de agua, comer carbohidratos complejos, grasas saludables y alimentos ricos en calcio; recordar que un copa de vino pude mejorar la calidad del sueño pero que el exceso de alcohol y de cafeína impide la relajación necesaria para dormir.

Algunos consejos para conciliar un sueno placentero:

Ten una hora fija para ir adormir.
Utiliza tu cama sólo para dormir y tener relaciones sexuales.
Evita ver televisión en la cama, as҉ como trabajar o estudiar allí.
Prepárate un baño caliente una hora antes de dormir.
Cena mínimo tres horas antes.
Evita tomar mucho líquido cerca de la hora de dormir.
Evita la cafeína y el exceso de alcohol, te, nicotina o chocolate.
Asegúrate de que tu dormitorio tenga una temperatura agradable.
Haz ejercicio y ten una alimentación balanceada.
Trata de hacer actividades relajantes antes de dormir. Un buen masaje con aceites esenciales puede ser muy buena opción. La autora es fundadora y directora Colegio Montessori Learning Center. Facbook/MLC.Montessori Instagram/ @MLC_School / Instagram: @virginiapardilla279