Desde Colombia y hasta del otro extremo del mundo, gente llega al poblado costero colombiano para asumir la travesía. Esto incluye a dominicanos, por supuesto
Necoclí. Colombia. Martes 16 de enero, 4:54 de la mañana, el autobús para en una calle solitaria, un pequeño grupo baja. Solo dos parroquianos rompen la soledad. Ingieren alcohol frente a una carnicería cerrada. Metros adelante es distinto. Una fonda une a los turistas con los que van al “otro lado”.
Los recién llegados caminan por el sendero que momentos antes cruzó el vehículo sin detenerse. El griterío de los vendedores los recibe. Promocionan bolsas plásticas para cubrir maletas y teléfonos.
Su grueso de clientes no son los que descubren este incipiente polo turístico y arriban a sus costas para pasear por las islas.
El fuerte está entre los migrantes que “cruzarán”, que atravesarán el municipio, penetrarán a la selva del Darién, que lleva a Panamá y de ahí a Centroamérica, México y el salto a Estados Unidos.
Una mujer acompañada por un muchacho aborda a un oferente. En total confianza le dice que necesitan un guía y raudo ofrece a un hijo suyo pero la solicitante aclara “no tenemos mucha plata y no queremos perderla”.
La desconfianza molesta al hombre. “Pues vaya y consiga a uno que la engañe”. La dura respuesta la intimida y sus angustiados ojos buscan confirmación en esta reportera.
Es tan difícil saber si el lazarillo huirá con el dinero y los abandonará en medio de los insondables peligros o si será honesto en el manejo del negocio ilegal.
Al final lee una señal divina. “Si Dios me mandó donde usted, por algo será” y asume embarcarse en la larga y penosa aventura.
Hasta prueba en contrario
Necoclí es un pueblo pequeño. Todo extraño que circula por sus vías es mirado como uno de los que lo usa de puerto, pasible de engaño y de compasión.
Podría ser víctima de robo, de cambio de dólares por dinero falso, de insultos o favorecido por manos piadosas como la iglesia cristiana, cuyo refugio opera a 400 metros de la playa.
Allí acude José con su esposa y sus dos niños de ocho y seis años. “Nos dividen para entrar a comer”. Enseña un pase para reafirmar su declaración. Es parte del grupo 2.
Mientras, los del 1 participan en dinámicas y reflexiones. La jornada concluirá con el desayuno.
Este trabajador venezolano tiene 29 años. Labora en obras públicas para reunir el dinero del viaje. Antes trabajó en Chile y define satisfactorios sus ingresos. Este resultado no lo aleja de su intento ni siquiera la suerte de los dos pequeños lo hacen desistir.
Al contrario, afianza en su prole sus deseos de partir. “Es por mis hijos que lo hago. Para darles una vida mejor”.
Dentro sigue el bullicio encabezado por los chiquillos. El más grande no rebasa los 12 años. Un joven llega hasta José. Necesita saber qué sigue después de este pueblo. Inmutable escucha lo que debe afrontar. No le preocupa, tiene un contacto en México. Eso le da fuerzas para emprender camino.
Más abajo, una familia china compra provisiones y bolsas. “Estos no pasan trabajo porque tienen para irse. Mal están los otros que duran mucho para reunir. Aquí hay gente que lleva dos años en espera. De todas partes del mundo vienen”. Juan es un pescador que de tanto ver perdió la capacidad de asombro.
¿Dominicanos, hay? Uuuuu. Su respuesta llega con risas y palmadas.
Un chico saluda. Su machacado español remite a Haití. Mala apreciación, es africano. En una esquina un grupo de indios, “de India” organiza equipaje.
Así va esta odisea y mientras el ayuntamiento rechaza que el pueblo sea enlace con Estados Unidos, la Organización de Naciones Unidas para las Migraciones asiste a los viajeros con ambulancias y socorristas permanentes.
ASDE anuncia Premio de la Juventud
El Ayuntamiento de Santo Domingo Este anunció la tercera entrega del Premio Municipal de la Juventud, iniciativa que busca reconocer el talento de jóvenes que trabajan en beneficio de sus comunidades.
Al hacer el anuncio el director de Juventud, Junior Santana, dijo que en esta ocasión han seleccionado 13 categorías que serán galardonadas en un acto a realizarse este 26 de enero.
“El premio municipal de la juventud busca incentivar a otros jóvenes para que participen en actividades que ayuden a cambiar de manera positiva la realidad de las comunidades que representan, aportando a su desarrollo y el de su gente”, afirmó.