El sueño de Duarte de una patria libre

El sueño de Duarte de una patria libre

Pasado mañana se cumplen 206 años del nacimiento de nuestro fundador. El, Juan Pablo Duarte, nos dejó un legado de sacrificios y sentencias que ahora más que nunca deben ser rescatados del olvido y hacerlos vigentes para evitar el colapso de la Patria, que con tanto empeño quiso hacerla viable para sus descendientes y libre de injerencias extranjeras.
La vida de Juan Pablo Duarte estuvo marcada por los infortunios de los destierros y las incomprensiones de sus coterráneos que nunca quisieron darle la preeminencia que se merecía. Muchas veces fue denostado hasta por sus seguidores. Eso influyó mucho, cuando en 1864, en plena lucha restauradora, Duarte vino a ponerse a las órdenes de los que luchaban por rescatar la Patria de las garras de la corona española. Fue despreciado al ser marginado apenas pisando tierra dominicana por Monte Cristi. Los restauradores, temiendo el arraigo del nombre de Duarte entre sus coetáneos, casi lo expatriaron de inmediato nombrándolo embajador para que buscara ayuda en Venezuela. En marzo de 1864 la orden era para que se marchara de inmediato pero pudo quedarse con la excusa de que Ramón Matías Mella estaba ya en lecho de muerte y murió el 2 de junio. A seguidas Duarte, después del deceso de Mella,penetró por Haití para embarcarse por Cabo Haitiano o Puerto Príncipe, puertos que tenían un gran movimiento marítimo.
Duarte murió de 63 años en 1876 en Caracas, tan solo recordado por sus familiares más queridos. Y de los años de su vida terrenal pudo vivir en su patria tan amada solamente 27 de esos 63 años. Los primeros 15 años desde su nacimiento hasta que se marchó a Europa en 1828 para retornar en 1832 con una amplia cantera de ideas y sueños paraponerlos enpráctica ensu patria para independizarla. Permaneció Duarte en el país desde 1832 hasta que fue desterrado en 1844 o sea tan solo doce años para completar los 27 años de vida en su país. El resto de los años terrenales fueron vividos en el destierro en especial Venezuela que la hizo su segunda patria. En el período de doce años, desde 1832 a 1844 Duarte se dedicó a tiempo completo a sembrar las ideas de una patria libre sin intervención extranjera lo cual logró en 1844.El reconocimiento de sus congéneres y compañeros de la lucha separatista fue la expulsión a perpetuidad de su patria por aquellos que no creían en el sueño de los muchachos de Duarte. Pero ese grupo de políticos ladinos tales como Santana, Bobadilla, Jiménez, Báez se aprovecharon y se adueñaron de la idea de la separación resultando con la expulsión de Duarte y sus compañeros.
Los doce años que vivió Duarte en su país, al regreso de Europa y Estados Unidos, desde 1832 a 1844, fue un período de una riqueza patriótica insuperable ya que en tan corto tiempo supo sembrar las ideas de libertad de un joven de 20 años para impulsarlos y prendiera el separarse del país que los tenía esclavizado desde 1822. La formación de la Trinitaria en 1838 fue la culminación de la primera etapa hacia la separación de Haití y pese a tantas inquietudes y desilusiones, Duarte y sus muchachos perseveraron en sus propósitos separatistas. Al final de cuenta el movimiento tomó forma para iniciar un camino sin retorno que culminaría en febrero de 1844. Esto fue ayudado por los cambios políticos que se registraron en Haití con el derrocamiento de Boyer y el surgimiento de Herard de manera que eran otras las condiciones de represión que no fueron tan severas como las que existían desde los inicios de la ocupación en 1822.
Duarte, exiliado en Curazao, fue enviado a buscar en la goleta Leonor para que regresara triunfalmente a su Patria que había ideado, concebida y materializada entre los vítores de sus compatriotas. Ya se estaba en pie de lucha para enfrentar a los haitianos que estaban a las puertas de Azua y aproximaban a las llanuras del Yaque del Norte en Santiago. Eran fuertes contingentes de tropas bien armadas y entrenadas que sedientas de venganza querían vengarse de la afrenta que le habían infligido los improvisadosciviles como militares dominicanos al decretar su separación el día 27 de febrero.
La rendición de la plaza y el traspaso de mando fue en la mañana del día 28 y se llevó a cabo sin incidentes. Las flamantes autoridades dominicanas tomaron el control de la plaza de manos de las autoridades haitianas las cuales prepararon sin prisa su retirada hacia su país. Días después retornaron con dos formidables ejércitos por el norte y por el sur para aplastar el atrevimiento dominicano de querer separarse de sus amos y borrar el sueño de Duarte de una Dominicana libre.

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