Hoy 
Concluido el proceso electoral con los inconvenientes y resultados de todos conocidos y celebrado el 51 aniversario del ajusticiamiento del tirano Trujillo, en esta ocasión nos referiremos a algo pocas veces comentado: el sueño de Las Mariposas, vale decir, de las hermanas Mirabal.
Ese sueño surge de una pequeña biblia verde que trajeron los expedicionarios de junio 1959, en la que se consigna el Programa Mínimo de Liberación Nacional a ser aplicado en los aspectos políticos, sociales, económicos e internacionales, en caso de que hubiera triunfado la revolución.
El gobierno revolucionario y democrático que surgiría provisionalmente tendría la obligación de crear las condiciones para que el pueblo ejerciera libremente sus derechos, además de convocar a la celebración de una Asamblea Constituyente que se encargaría de redactar una nueva Constitución, con sujeción a un gobierno representativo. Esa tarea todavía está pendiente.
El aspecto social otorgaba prioridad a la Reforma Agraria, con tierras tituladas, no la caricatura que existe hoy, para que los campesinos pudieran ser sujetos de crédito; y lo más importante, iniciar una reforma radical del sistema educativo para forjar ciudadanos conscientes que participen en la consolidación del desarrollo material y espiritual de la República, donde todos los dominicanos tengan las mismas oportunidades.
En cuanto a lo económico, se establecía la necesidad de impulsar la economía, fomentando el desarrollo del poder adquisitivo de la masa popular. Se protegería la industria nacional y se eliminarían impuestos impopulares, no como actualmente ocurre que se habla de nuevas reformas fiscales y se incrementa increíblemente la deuda externa. Esa deuda es tan lesiva que afecta severamente la soberanía nacional.
No podemos negar que hoy día las relaciones internacionales del país se han incrementado, fundamentadas en el respeto mutuo.
Entendemos que los sueños de las hermanas Mirabal y los de los expedicionarios de 1959, en su mayor parte no se han cumplido. Los que quedamos de aquella generación esperamos que el nuevo gobierno que se inicia el próximo 16 de agosto tome en cuenta esas deudas políticas, sociales y económicas que tenemos con todos aquellos que sufrieron prisiones, torturas, exilios y los que sacrificaron sus vidas por la libertad, la democracia y la justicia social. Solamente así el nuevo gobierno podrá entrar por la puerta ancha de la Historia, mientras se ven cumplidos los sueños de las hermanas Mirabal y los expedicionarios de junio del 59.
