El sueño de tío Tomás

El sueño de tío Tomás

Mi tío Tomás Michel Piñeyro soñó siempre que las aguas del bajo Yaque del sur fueran aprovechadas al paso por la provincia de Barahona, que sirvieran para beneficio, que no se permitiera que todos los veranos sufriéramos las inundaciones cíclicas de Jaquimeyes y Palo Alto, sin ningún beneficio.
Él sí sabía por qué tenía ese sueño con el cual alimentó mi imaginación de niño en las noches de Batey 3, momentos en los cuales aprovechaba para contarme su visión del desarrollo de la zona, así como del futuro de la región sur oeste y de sus posibilidades para convertir la zona en una tacita de plata.
Sabía que sus sueños no eran descabellados puesto que conocía al dedillo lo que se llamaba entonces “el salao de Neiba”, una zona semidesértica que comprendía desde Palo Alto hasta casi las puertas de la ciudad de Neiba.
Tío Tomás era un profundo conocedor del área porque durante décadas se levantó antes de las 5 de la mañana para dirigir, personalmente, la apertura y cierre de las compuertas que regulaban las aguas del canal que desalaba las tierras del central Barahona.
La producción de caña del central Barahona dependía en un altísimo porcentaje del manejo de las aguas del canal que alimentaba esas tierras como, sin quizá, el más importante “abono” para el crecimiento de la gramínea.
Ahora refiero emocionado las historias y sueños de mi tío Tomás Michel Piñeyro quien, de manera sistemática, contribuyó con su trabajo diario, constante, a desalinizar los terrenos cultivados de caña del central Barahona.
Parece que, luego de nadie sabe cuántos reclamos, cuantas protestas, tantas peticiones a las autoridades, se comenzará a construir la presa de Monte Grande que permitirá el uso económicamente rentable de las aguas del bajo río Yaque del sur, para beneficio de miles de tareas de tierras que serán puestas en condiciones óptimas para cultivarlas.
De esa zona se sabe por los conocimientos empíricos de sus moradores, sin necesidad de equipos sofisticados, que sin embargo deben ser empleados, para aprovechar mejor la temporada de lluvias, siembras, tipo de cultivos, terrenos aptos para el desarrollo pecuario.
Barahona tiene, desde hace más de 60 años, un aeropuerto que fue modernizado y bautizado con el nombre de la eximia actriz María Montez y un puerto de considerable calado que ha servido para buques la exportación de sal, yeso, guineos, azúcar, café, habichuelas, maderas de pino y luego de que acabaron con la caoba, especialmente guayacán entre otros productos.

Parece que a la península de Barahona le llegó la hora del despegue puesto que el desarrollo del turismo tendrá un suministro de alimentos abundantes y seguros.

Ojo ahora, con las tierras y los vivos que quieran acaparar lo que desde siempre desdeñaron.

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