El sueño hecho realidad de dos grandes amigas

El sueño hecho realidad de dos grandes amigas

Estas emprendedoras y mercadólogas de profesión unieron su amor por el cuidado personal para crear un salón de belleza

Para Carolina de Peña y Kimberly Rapozo, amigas desde que tenían 12 años, emprender juntas se convirtió en sueño hecho realidad cuando en un desayuno dominguero unieron su pasión por la belleza y el cuidado personal para crear un proyecto en común, al que llamaron Polish Nail Bar.

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Se conocieron a través de amistades en común, luego al entrar a la universidad la vida las volvió a unir


Mercadólogas de profesión, decidieron probar suerte en otras áreas con el deseo de generar ingresos extras, y aunque anteriormente habían intentado emprender otros proyectos que no salieron bien, la ilusión de desarrollar un proyecto juntas fue lo que les hizo lograr el éxito que hoy cosechan a través Polish Nail Bar.


Esos intentos fallidos fueron un impulso para ellas porque tenían en su interior las ganas de crecer, y con el apoyo emocional de sus familias y la esperanza puesta en ellas mismas arrancaron con buen pie el proyecto.


Ambas hacen la salvedad de que nunca han dejado de ejercer sus carreras, porque en su negocio hacen el desarrollo de estrategias, campañas, estudio de mercado y desarrollan lanzamientos, evalúan el comportamiento del público, crean planes de fidelización, “en fin, en las oficinas de Polish, día a día se respira puro mercadeo”, dicen entre risas.


A nivel económico se organizaron desde el primer día preparando un presupuesto y partiendo de ahí, cada una completó el 50% de la totalidad, apoyándose de diferentes recursos, como ahorros y préstamos.

Amistad y trabajo

Aunque Carolina y Kimberly están claras que hay que separar la amistad del plano laboral, han podido mantener una buena relación en estos ámbitos.
Y así lo expresa llena de orgullo Kimberly: “somos perfectamente compatibles, cada quien lleva sus funciones y las cumple, nos mantenemos en constante comunicación y las decisiones importantes siempre las tomamos juntas. Y la verdad es que formamos un excelente equipo de trabajo. Nos complementamos y además entendemos que esto ha reforzado nuestra amistad, pues pasamos más tiempo juntas que separadas”.

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Carolina de Peña

«Teníamos la proyección de lograr un espacio divertido, elegante y con una atención delicada»

El inicio
Casi se cumplirán ocho años desde aquel 1 de julio de 2013, año importante en el que, recuerdan, comenzaron en un local pequeñito, de apenas 28 metros, en Plaza Cataluña, con solo tres manicuristas, pues en ese inicio solo se dedicaban a dar el servicio de cuidado de manos y pies.

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Kimberly Rapozo

«Somos perfectamente compatibles, cada quien lleva sus funciones y las cumple”


Poco a poco y “gracias al amor, esfuerzo y dedicación”, dice una emocionada Kimberly, fueron creciendo hasta llegar a convertirse en un centro completo que brinda servicios de belleza como depilación, cabello y técnicas de color, pies y manos”.


Amantes de los detalles y con buen gusto, siempre tuvieron la proyección de lograr un espacio divertido, elegante y con una atención delicada para sus clientes.
Hoy, a pesar de las dificultades con las que se enfrentan día a día, aman y disfrutan lo que hacen.
“Amamos servir y ver a nuestras clientas salir felices de nuestras sucursales; ese es el motor que nos impulsa a dar siempre lo mejor”.


Consejo
Con seguridad y determinación Kimberly Rapozo exhorta a quienes anhelan emprender, pero no dan el paso quizá por temor o falta de motivación, a que lo ideal es “que no pidan consejos; siempre hay alguien listo para atropellar los sueños e ideas de otros. Si quieren emprender háganlo, con ganas, fuerzas, mucha pasión y, sobre todo, con la convicción de que su proyecto será exitoso; confíen en sus ideas, confíen en esos fuertes latidos que da el corazón cuando surge una gran idea; al final, esa es la fuerza que mueve a un emprendedor, cuando el primer plano es llegar y crecer, el dinero pasa a ser menos importante y el éxito llega como resultado de tanto esfuerzo”.

Sobreviviendo en tiempos de coronavirus


En este tiempo de pandemia no podemos dejar pasar por alto la dura situación de muchos negocios, y el proceso que ha vivido Polish no ha sido la excepción. “Mantener el barco a flote en medio de esta inesperada tormenta es lo que nos mueve, pues nunca, nunca, nunca en nuestras vidas pensamos que algo como esto podía pasar; el proceso ha sido muy difícil pero lo hemos logrado. Esto requiere de mucha organización, planificación y esfuerzo para poder mantener un negocio en esta situación y es precisamente en esos tres puntos en los que nos apoyamos para resistir los embates de la pandemia”.


Manifiestan que han enfrentado muchos retos, siendo el más importante mantener el equipo completo en salud, y para ello tienen un protocolo estricto de prevención, realizando pruebas y constantemente concientizando a las empleadas de la gravedad del virus y de lo importante que es cuidarse en sus casas, transporte y evitar encuentros innecesarios.

Otro gran reto al que se enfrentan son los compromisos económicos con suplidores, impuestos, locales bancos y nómina, “pues, estamos trabajando a menos de la mitad de capacidad, por ende los ingresos se reducen y los malabares aumentan pero con el plan de acción que desarrollamos, poco a poco hemos podido salir”.


Sin dudas que Kimberly y Carolina han sabido llevar su relación de amistad en concordancia con el trabajo que tanto aman y al que dedican todo su tiempo, claro, sin descuidar a su familia, que para ellas es lo más importante.


Y las propietarias de Polish no quisieron terminar esta entrevista sin informar lo que tienen preparado para San Valentín: un coctel especial, disponible durante todo el mes de febrero, llamado “Strawberry Love”, receta especial de su chef Gerardo Jiménez, además contarán con un contenido divertido y fresco en sus redes y sorpresas para el 14 de febrero.

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