Todavía el sueño tiene mucho de misterio aun para la ciencia. Sabemos que nuestro cerebro permanece muy activo durante el sueño, la noche es la parte del día en que el cerebro “archiva” las memorias. Investigaciones recientes confirman que en algunas etapas del sueño memorias y recuerdos antiguos son reactivados y “re-archivados”. Queramos o no, esta pandemia, el obligado confinamiento y los cambios de rutinas han afectado nuestros hábitos de descanso, sumados la ansiedad, la incertidumbre, la separación de nuestros seres queridos, la soledad y la situación económica. Todos estos son factores estresantes que de una u otra manera alteran la calidad del sueño. Al parecer se descompone un complejo sistema neuronal situado en la parte posterior del cerebro, que es nuestro ¨termostato activador¨: el Sistema Reticular Activante Ascendente, ésta es la estructura cerebral que nos mantiene despiertos.
Se acepta que alrededor de un 30% de la población no duerme bien y esto es en tiempos normales, por lo que podemos asumir que con estas perturbaciones actuales se elevarían a un 70% de la población nacional, es decir, que esos trastornos del sueño alcanzan gran importancia ante esta poco grata situación en la que estamos inmersos. Estoy seguro que si hacemos un sondeo nacional muchos estarán padeciendo de un dolor de cabeza de localización variable, el común como si fuera una corona, nucalgias, dolores musculares migratorios, dolores de espalda, se levantan cansados, se sienten irritables e intolerantes frente al resto de los que con el conviven y este personaje ante simples contrariedades explota, padecen el sufrir con anticipación (esperando siempre con pesimismo lo peor) y esto acompañado de un déficit en la concentración y en la memoria. Es decir que muchos nos pasamos el día bajo una sórdida “protesta” muda y amarga y en la noche nos peleamos con el único sitio donde en verdad debemos hacer una tregua absoluta: la cama.
El sueño es fundamental para la salud ya que las personas pasan un tercio de la vida durmiendo y la eficiencia de los otros dos tercios dependen de la calidad del descanso que hayamos tenido. El sueño es responsable de la consolidación de la memoria, ayuda a generar ideas creativas, permite tener estabilidad emocional y también mejora la salud del sistema inmunológico, es decir que mejora nuestras defensas biológicas. Si no dormimos bien nos ponemos apáticos, confrontativos (a la defensiva siempre), porque nuestro umbral de tolerancia y estabilidad emocional baja y básicamente nos mantenemos de mal humor, que es todo lo opuesto a lo necesario para convivir hoy en las actuales condiciones de encierro y ansiedad. Teniendo por igual repercusiones negativas a largo plazo en nuestra salud física (cánceres, diabetes, ACV, etc.) y mental (depresiones, Alzheimer, Parkinson).
Durante el sueño podemos estudiar mediante la electroencefalografía las distintas ondas que el cerebro produce, por ejemplo, ondas lentas que emite la corteza cerebral cuando dormimos con profundidad, que domina la parte temprana de la noche. Luego aparecen unas ondas con picos y ondas desde el tálamo y más tarde unas más anchas desde el hipocampo, y ahí es cuando estamos muy dormidos pero el cerebro en su máxima actividad. Luchemos por una higiene de nuestro sueño, busque asistencia si es necesario pero ayúdese por todos los medios a dormir bien. Es cuestión de salud en todos los aspectos.
Me permito citar un párrafo de “La muerte ahora”, de la autoría de una muy querida amiga de larga data, la exquisita escritora Dra. Ofelia Berrido, publicado en Areíto el 2 de mayo: ¨Todo se escucha, todo se siente, se ve, se intuye… ante la nada. Una hormiga trepa el tallo de una rosa. Oigo la hoja que se mueve, el abrir de los pétalos de un capullo; veo cómo su aroma se esparce; y siento que se acerca la abeja. La noche me ha atrapado me mantiene en vigilia. Hay algo secreto que estoy supuesta a develar despierta en la noche…” Bella forma de describir una noche de insomnio. Luego que el sol declina y no nos llega el sueño, quisiera uno arrancarle a la noche la sorda y ominosa conjura para poder entregarnos plácidamente a los brazos de Morfeo, entre sus mórbidas sombras, su rubor de plumas y los susurros que hechizan e hipnotizan, entonemos una oda esperanzadora en tono glauco, para que la noche se torne toda una excelsitud. Evitemos el insomnio ni por amor, ni por tristezas, ni por virus». Traten de descansar y dormir amables lectores, les aporta salud, les ayudará a sobrepasar mejor esto.