El suicidio en Dominicana: alerta epidemiológica

El suicidio en Dominicana: alerta epidemiológica

Las estadísticas hablan de que 24 personas se suicidaron en Santiago, y en la región del Cibao en lo que va de año. Esto indica una alerta epidemiológica sobre el suicidio. Desde 2012 se ha registrado un aumento del suicidio en personas de diferentes edades, llegando al 2013 a aumentar su prevalencia e incidencia por encima de los números registrados en Latinoamérica, donde se habla de 5-7 suicidios por cada 100.000 habitantes. En nuestro país, llegó a 8 o 9 por cada 100.000 personas. Lo preocupante sobre estos suicidios es, que la población que ha optado por suicidarse va desde niños de 6 años, hasta adolescentes, y personas mayores de 65 años. Los grupos más vulnerables al suicidio entran en edades de 18-29 años y 55 a 65 años donde existen mayores estresores psicosociales o se registran ciertos vacíos existenciales en personas insatisfechas con su longevidad.

Las causas que le dan sustentación al suicidio van desde la depresión, trastorno bipolar, alcoholismo, la dependencia a las drogas, enfermedades crónicas no transmisibles; hasta las problemáticas de tipo psicosociales como son: desempleo, pobreza, exclusión social, desesperanza aprendida, frustración crónica, angustia de separación no resuelta, dependencia emocional, vacío existencial, y falta de habilidades para resolver conflictos, etc. Sin embargo, ¿qué lleva a un niño o adolescente a suicidarse? En 2013 más de 9 niños y 13 adolescentes se quitaron la vida por depresión Infantil, maltrato psicoemocional, desarmonía y desapego en el núcleo familiar, trastorno de la conducta, maltrato y rechazo en la escuela por los grupos de pares, baja autoestima, conflictos emocionales o rupturas amorosas, abuso de drogas, entre otras causas. Los métodos más usado para lograr el suicidio son: armas de fuego, ahorcamiento, arrojándose de puentes, tomando sustancias tóxicas y la ingesta de dosis alta de medicamentos.

Es de todos sabido la gran presión social que sienten y padecen cientos de adolescentes y jóvenes por la “vida ideal”: confort, goce, placer, estatus social, sin lograr alcanzar sus expectativas a corto y mediano plazos, logrando ser excluidos y sentir una vida diferente y desigual. Además de la falta de una construcción existencial basada en el altruismo, la solidaridad, la ideología, la espiritualidad y el compromiso social que le dé sustento a una existencia vivible. El aumento del suicidio en Dominicana impone una alerta epidemiológica. Una política pública en Salud Mental que establezca diagnóstico precoz en depresión y trastornos mentales, así como el acceso a los servicios de salud, tratamiento, y una Psico-educación en la escuela, universidades, iglesias, medios de comunicación, y comunidades. Las familias deben aprender a identificar los trastornos mentales y aprender a saber qué hacer y dónde ir, para recibir tratamiento con calidad y calidez, algo que logre disminuir el suicidio. En los últimos años los números hablan del aumento de los trastornos mentales en niños, adolescentes y adultos. No es un problema de percepción, ni de ganas de hacer denuncia. Se trata de una sociedad donde ha aumentado la pobreza extrema, los divorcios, las familias rotas, la exclusión social, la brecha social entre ricos y pobres, la frustración y la desesperanza. Hay que hacer la tarea para prevenir el suicidio en Dominicana.

Los medios de comunicación deben de colaborar con la prevención de suicidios limitándose en no presentar personas ahorcadas, con un disparo, debido a que cientos de personas vulnerables y de alto riesgo pueden sentir la influencia o el permiso de suicidarse. En algunos países la televisión no presenta estas escenas tan dolorosas y tan impactantes como forma de prevención. En el 2014 logremos disminuir la incidencia de suicidios en Dominicana.

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