POR FERNANDO ALVAREZ B.
(1 de 4)
Durante el período comprendido entre el 27 de diciembre de 2006 y el 4 de enero de 2007, rodeado del afecto de toda mi familia, le dediqué una parte importante de mi tiempo a preguntarme cómo podía ayudar, aunque fuera modestamente, a que los dominicanos entendieran, con amplitud, la naturaleza de los problemas actuales, para que pudieran actuar con pleno conocimiento de causa.
Este trabajo busca presentar los principales obstáculos que tenemos que vencer para lograr un desarrollo sostenible con creciente competitividad y equidad social y, además, presentar, en algunos casos, la solución más adecuada.
Un rol inaplazable
Estoy convencido que los intelectuales y los académicos dominicanos están, distinto a lo que acontece en naciones desarrolladas y las en vía de desarrollo, inactivos y, en algunos casos, y esto lo digo con tristeza, inexplicablemente indiferentes. A mi juicio, los intelectuales y académicos, en estos momentos de grandes desafíos y dificultades, deben: 1.- Presentar, en términos didácticos y sencillos, la verdad, aunque sea descarnada, a todos los sectores del pueblo; 2.- Iluminar el sendero que conduzca a un mayor bienestar social y económico, para así fortalecer nuestra menguada competitividad y, de igual modo, reducir el creciente sentido de alienación de los sectores menos favorecidos. O sea, como dijo el eminente escritor árabe Naguib Mahfouz, en su discurso de aceptación del Premio Nóbel de Literatura en 1988: “Así como los científicos de la ingeniería están o deben estar enfrentando la contaminación ambiental, así los intelectuales están en la obligación de enfrentar la contaminación económica y la indiferencia social”; 3.- Integrarse al necesario proceso de movilización de la opinión pública para lograr que se establezcan: a) ideas justas; b) ideas que ayuden a conseguir una creciente eficiencia en nuestra economía c) ayudar a cambiar todo aquello, desde la barrera de costos excesivos hasta la falta de transparencia, etc., que milite en contra de establecer lo que constituye, para mí, el deber supremo de cualquiera de los integrantes de una sociedad democrática: La creación y ejecución, de una manera continua y permanente, de un gran proyecto de nación a uno, cinco, diez y veinte años.
Los principales desafíos de nuestra Patria
Voy a proceder a presentar lo que creo son parte de los principales problemas, así como los efectos que generan en la capacidad competitiva de nuestro aparato productivo y en la justicia económica y social, y señalar soluciones posibles a esos grandes problemas.
Gobernando a corto plazo
No conozco ninguna nación desarrollada, ni subdesarrollada, que esté progresando y que no opere en dos niveles: 1.- Al corto plazo (un año) para cubrir las necesidades anuales del país, pero nunca tomando acciones que afecten negativamente el desempeño económico a mediano y largo plazo; y 2.- Un programa a 10 años suficientemente flexible para modificar las metas, si ocurre eventos inesperados que obliguen a variar los objetivos fundamentales de una nación que son: a) lograr un crecimiento fuerte con una creciente competitividad, y b) profundizar, de una manera paulatina pero firme, la equidad económica y social del país.
¿Qué ha ocurrido en este país?. Joseph Schumpeter, uno de los cinco mejores economistas que ha tenido el mundo, en su afamado libro “Capitalismo, Socialismo y Democracia”, expresó que la Economía operaba en un estado permanente de cambios estructurales, y señaló que los líderes de una nación sólo tenían dos posibles alternativas: Dejar que la economía hiciera un gradual, pero permanente cambio estructural, logrando de esa manera una creciente eficiencia, competitividad y prosperidad o Manejar el Estado de tal manera que la economía no haga los cambios estructurales necesarios de una manera continua. En ese caso, se disminuye la eficiencia y, consecuentemente, la competitividad. Inevitablemente, la economía manejada de esta forma, operaría de crisis en crisis.
Desafortunadamente, la economía dominicana ha sido históricamente manejada a través de concertaciones anuales donde los grupos de intereses luchan entre sí para ver quién sale ganando sin saber, o quizás sabiendo, que este proceso evita que la economía haga paulatinamente, de una manera casi imperceptible, la reestructuración estructural necesaria para poder tener una nación altamente competitiva y con equidad social, y que pueda operar adecuadamente a 5, 10 y 20 años.
El peso abrumador de una política fiscal expansiva
El asunto fundamental es determinar si tenemos o no la capacidad para producir los ingresos tributarios que permitan fortalecer nuestra competitividad, para así eliminar las barreras que de una manera lenta se han ido levantando a través de los tiempos en la República Dominicana. Igualmente, ver si somos capaces de producir los ingresos fiscales que nos permitan mejorar, considerablemente, nuestra educación y para enfrentar los problemas de salud. En este sentido, considero necesario que identifiquemos el comportamiento de los ingresos y los gastos desde el año 1995 al 2007 (el Presupuesto del 2007 es tan sólo una proyección del anteproyecto ya que, obviamente, no se ha ejecutado).
Los ingresos tributarios
Procedamos a ver la cifra de crecimiento de los ingresos tributarios -compuestos por los impuestos directos y por los impuestos indirectos- del 1995 al 2007, con la observación de que no sería correcto, ni justo, presentarlo en términos absolutos, ¿por qué?: porque si lo hacemos de esa manera, no estaríamos comparando cifras con pesos que tengan un poder adquisitivo igual. ¿Por qué?: porque no habríamos excluido la inflación que ha reducido el poder adquisitivo de los ingresos y los gastos del 1995 al 2007. Ahora, ¿qué hemos hecho?: hemos deflactado, usando el año 1999 como base, los ingresos tributarios, compuestos por los impuestos directos e indirectos, por el índice del costo de la vida.
¿Qué es un impuesto indirecto o regresivo, qué es un impuesto directo?Pero antes de presentar la tabla 1, que incluye los ingresos tributarios, los impuestos directos y los impuestos indirectos, todos deflactados para eliminar el componente inflacionario para que los todos números reflejen el poder adquisitivo de los precios al año 1999, creo pertinente explicar qué es un impuesto indirecto y qué es un impuesto directo. ¿Qué es un impuesto indirecto?: A este impuesto, en las naciones desarrolladas, le llaman impuesto regresivo. “El Economist” de Londres, en su Diccionario Económico, define el impuesto regresivo de este modo: cuando una persona produce menos ingresos, mayor es la proporción de sus ingresos que paga de impuestos. “El Economist” plantea que hay que mantener los impuestos indirectos a un nivel determinado para no crear un sistema tributario injusto. Ahora, ¿qué es un impuesto directo?: un impuesto directo es cuando una persona mientras más pudiente es, mayor es la proporción de sus ingresos que paga como impuestos. Ha habido un aumento explosivo, eliminando los factores inflacionarios, de los impuestos tributarios, de los impuestos directos y de los impuestos indirectos, desde el 1995 al 2007. Este aumento ha sido mucho mayor desde el 2002 al 2007. Procedamos a presentar la Tabla 1:
Los ingresos tributarios, tomando el año 1999 como base, aumentaron, extraordinariamente alcanzando la suma de 247.35%. ¿Qué significa esto?: que desde el 1995 al 2006 el país produjo un enorme aumento en su contribución al fisco como consecuencia de dos factores: 1.- Los 5 aumentos de impuestos que ha habido en los últimos 5 años y medio (comparemos estos 5 aumentos de impuestos en 5 años y medio, con el hecho que desde el 1966 al 1996, un período de 30 años, apenas hubo tres aumentos de impuestos); y 2.- Por el aumento vegetativo normal y por una mejoría importante en la eficiencia de las recaudaciones. Cuando utilizamos la misma metodología, nos encontramos con que los impuestos directos (lo que pagan más, los que más tienen) aumentaron en un 270.96%. Los impuestos indirectos o regresivos, aquellos que cargan de una manera desproporcionada a las personas que menos tienen, aumentaron en un 240.89% -neto de inflación-.
La extraordinaria injusticia de nuestro sistema tributario
Observemos la tabla No. 2 para determinar la equidad de nuestro sistema tributario. ¿Qué nos enseña esta tabla?: nos enseña qué proporción de los ingresos son directos y qué proporción son indirectos o regresivos desde el 1995 hasta el 2007 (deflactados por la inflación, o sea, todos reflejando los precios del 1999), para así poder comparar pesos de diferentes años que tienen el mismo poder adquisitivo (la base metodológica es el año 1999).
La tabla nos indica que la proporción de los ingresos tributarios, que son regresivos o indirectos, está cerca del 75% y que la proporción de los impuestos directos, cerca de un 25%. ¿Qué nos indica esto?: que nuestro sistema tributario es muy injusto, ya que pone una carga desproporcionada sobre los hombros de la clase media con ingresos fijos y de la clase trabajadora. Independientemente de eso, repito, el pueblo dominicano ha demostrado que es capaz de tributar suficientes fondos para crear una sociedad competitiva y equitativa.
Gastos corrientes, gastos de consumo y gastos de capital del 1995 al 2007
Vamos a presentar los gastos corrientes, los gastos de consumo y los gastos de capital deflactados por el índice de precios (utilizando, de nuevo, el año 1999 como base) con el propósito de poder comparar los pesos del 1995, 1999, 2003, 2006 y del 2007 con el mismo poder adquisitivo. ¿Por qué hacemos esto?: porque ésa es la manera más adecuada para presentar cifras que realmente sean comparables.
La tabla 2 nos enseña que los gastos corrientes, deflactados por el índice de precios -usando como base el 1999, para eliminar así de los datos el componente inflacionario- aumentaron de una forma explosiva en 351.78%. Los gastos de consumo reflejan mejor la realidad de los gastos. ¿Por qué?: porque no incluyen el pago de la deuda externa ni interna y está, fundamentalmente, compuesto por los gastos para cubrir los sueldos y otros gastos asociados con la empleomanía del gobierno. Estos subieron 309.02% en términos reales. Los gastos de capital del 2006 -empleando la misma metodología para eliminar la inflación- quedaron casi igual a los del año 1995. Si tomamos en consideración la proyección de gastos e ingresos que ha hecho el gobierno para el 2007, esto nos enseñaría que los gastos de capital, en términos reales, habrán aumentado del 1995 al 2007 en 154.13%, una suma aproximadamente la mitad de el aumento porcentual que habrá tenido los gastos de consumo del 1995 al 2007.
La evolución gráfica de los principales indicadores fiscales
La gráfica 1 enseña la evolución de los ingresos tributarios, los gastos corrientes, los gastos de consumo y los gastos de capital -todos deflactados por el índice de precios tomando como base al 1999 para así, repito, eliminar el componente inflacionario-, logrando de esa manera que las cifras fueran completamente comparables. Es decir, que los pesos de los distintos años adquirirían los mismos productos que los pesos del año 1999.
En resumen diríamos
lo siguiente:
1.- El aumento de los impuestos, en términos netos de inflación, ha sido asombrosamente altos, muy especialmente del año 2001 a la fecha, que se han hecho 5 aumentos de impuestos, de los cuales tres pertenecen a los últimos 2 años y medio. Estos ingresos tributarios (impuestos) han sido cargados, desproporcionadamente, a la clase media con ingresos fijos y a la clase trabajadora. Hay un caso de los impuestos regresivos que me siento en la obligación de tratar en este trabajo, que es el caso de la cerveza, la bebida de la clase media con ingresos fijos y la clase trabajadora. Un hectolitro de cerveza paga más de cincuenta dólares de impuesto -incluyendo el último aumento-. Los impuestos a la cerveza en la República Dominicana son dos veces y medio más altos que en Centroamérica, Francia y Alemania. Uno se pregunta por qué se ha castigado tanto ese producto, y realmente no encuentra una respuesta correcta, porque precisamente la empresa que la produce se ha caracterizado por ser el mayor contribuyente al fisco y por pagar, estrictamente, todos sus impuestos. Parecería que se quisiera castigar al buen contribuyente.
La posibilidad de un desaceleramiento económico
2.- Creo que el aumento tan alto en los impuestos durante los últimos dos años y medio, junto al aumento del índice de precios de enero del 2003 a diciembre del 2006, va a disminuir la demanda total de bienes y servicios en nuestro país a más tardar para septiembre-octubre del año 2007, y con eso empieza un proceso de desaceleración del crecimiento económico dominicano.
3.- Por las mismas razones, como se presentará más adelante en este trabajo, se ha disminuido apreciablemente el poder adquisitivo de la clase media con ingresos fijos y de la clase trabajadora.
Un Estado con un alto nivel de clientelismo
4.- Este aumento extraordinario en los ingresos tributarios o impuestos -usando como base el 1999, para que sean netos de inflación- ha ido acompañado por un aumento aún mayor, también neto de inflación, de los gastos corrientes y de los gastos de consumo. El aumento tan alto en los gastos de consumo indica, que, como hemos dicho en trabajos anteriores, se ha estado creando durante los últimos 8 ó 10 años, un Estado con un creciente nivel de clientelismo. Y, como consecuencia, ocurren tres cosas: 1) La inversión en capital fijo y en gastos sociales se ha caído, como proporción de los gastos corrientes, durante los últimos 10 años; 2) Un círculo vicioso que resulta de un incremento de gastos demandando nuevos impuestos, por eso ha habido cinco aumentos de impuestos en cinco años y medio y tres en dos años y medio; y 3) Es virtualmente imposible para un empresario proyectar sus inversiones cuando le han cambiado las reglas cinco veces en cinco años y medio.
Discrecionalidad y transparencia
El nivel de discrecionalidad y transparencia son factores fundamentales para determinar la eficiencia y la calidad del gasto público. En ese sentido, algunas de las más prestigiosas instituciones del mundo han utilizado, durante años, el “índice de transparencia” y el “índice de libertad económica”.