Un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) revela que las provincias Azua, Pedernales y Baoruco tienen índices de embarazo en adolescentes muy superiores a la media nacional. No es extraño que así sea. Se trata de las provincias, no más pobres, sino más empobrecidas por el olvido y el abandono, en las que la falta de oportunidades de superación es inocultable.
Los índices de embarazo precoz no son el único récord en esas provincias. Entre los adolescentes masculinos también se alimentan altos índices de falta de desarrollo humano. Se trata de que la poca inversión que hacen los Gobiernos en estas provincias no permite revertir estos índices tan preocupantes y reveladores. En el territorio nacional, las disparidades regionales pesan con mayor fuerza sobre estas provincias de sur profundo y olvidado.
Un vistazo comparativo al desarrollo de las provincias del este, el sur y el norte pone de manifiesto esas disparidades, que materializan en índices altos de degradación humana, entre los que hay que incluir el embarazo precoz, la prostitución, enfermedades de transmisión sexual, trabajo infantil, bajo índice de escolaridad y otros. Cuando no se invierte lo suficiente, es difícil enseñar a los jóvenes a administrar de manera responsable sus capacidades sexuales.
Transparencia necesaria
La principal vocación de los partidos políticos es llegar a administrar poder público. Y para canalizar esa vocación todo partido se cuida de aparecer confiable y respetable ante parciales y adversarios. De ahí que los partidos políticos deben procurar en todo momento ser transparentes en sus operaciones, y más cuando involucren dinero de los contribuyentes. Son principios y reglas de primer orden.
La reflexión es a propósito de la detección de irregularidades que por medio de auditoría hizo la Cámara de Cuentas en el manejo de recursos del erario entregados a ocho de los partidos del sistema. Compras sin licitación, emisiones de cheques sin comprobantes de justificación y cosas por el estilo fueron detectadas por los auditores. En un partido no deberían ocurrir esas cosas. Estas prácticas riñen con la vocación de administrar poder público que tienen los partidos. Es necesario ejercer la transparencia en todo momento.