Los tiempos en los que una única habilidad era suficiente para desempeñarse en una industria determinada han terminado, y el mundo financiero no es la excepción.
En el siguiente artículo, Gabriela de Marchena, Gerente de Capital Humano de Banesco, nos comparte qué se espera de los colaboradores de la banca hoy día.
Los pilares
En un mundo cada vez más tecnológico e interconectado, las carreras en las áreas de finanzas, economía, matemáticas, ciencias de la computación, administración y la ingeniería son altamente valoradas para el sector bancario.
Por otro lado, también son necesarias las certificaciones relacionadas con el análisis de datos, la ciencia de datos, la #inteligenciaartificial y el #machinelearning o aprendizaje automático, señala Marchena.
Las habilidades innatas relacionadas con las ventas y el servicio al cliente también son importantes para la mayoría de los reclutadores de la industria.
“Recientemente se ha observado una diversificación en las carreras demandadas; las especializaciones en fintech, análisis de datos y ciberseguridad han ganado importancia, reflejando la necesidad de innovación y seguridad digital”, detalló.
Aparte del personal especializado en las carreras tecnológicas, para la banca es importante incorporar a colaboradores que tengan familiarización con las tecnologías del #cloud, “profesionales de la nube”.
Innovación financiera
En la banca de #inversión, se espera que los talentos tengan la capacidad de realizar análisis financieros complejos y evaluar inversiones, así como un profundo conocimiento de los mercados financieros y sus instrumentos, además de habilidades en modelado y valoración de empresas.
En gestión de #riesgos, se valora la habilidad para modelar, identificar, evaluar y mitigar riesgos financieros, operativos y tecnológico; además de conocimientos profundos de las normativas de cumplimiento y en metodologías de evaluación, cruciales para la estabilidad de las instituciones financieras.
En el campo del #fintech es esencial la capacidad para desarrollar y aplicar soluciones tecnológicas innovadoras para mejorar los servicios bancarios y financieros; además de las habilidades en programación y codificación, junto con una comprensión de las tendencias del mercado y las necesidades del cliente, todo en el marco de la #UX o Experiencia de Usuario.
El “don de gentes”
Aunque el sector bancario está cimentado en conceptos técnicos como el capital, la liquidez, la solvencia, etc., en él siempre se ha reconocido el valor de la capacidad de relacionamiento, tanto entre miembros del equipo como para con el público.
La empatía y el buen trato, o simplemente los #socialskills,son alguna de las características de la personalidad que brindan mejores resultados en entornos de trabajo en conjunto, junto con el pensamiento crítico, la comunicación efectiva, el #liderazgo, la gestión de tiempo y la capacidad para la resolución de problemas, afirma la especialista.
El nivel de resiliencia es otra de las habilidades “blandas” que pueden marcar la diferencia para los reclutadores a la hora de elegir un candidato del sector bancario.
“Para los miembros del personal bancario es fundamental desarrollar la comunicación efectiva, adaptarse rápidamente a los cambios y colaborar eficazmente en equipos multidisciplinarios”, resume la ejecutiva.
Mañana es hoy
Actualmente, los profesionales están conscientes de que la formación continua es necesaria para mantener una ventaja competitiva y ocupar un lugar en la dinámica laboral en cualquiera de los sectores económicos.
El aprendizaje constante se ha convertido en aspectos fundamentales para los candidatos que buscan sobresalir en el competitivo sector bancario a nivel global.
“Resulta clave la capacidad para adaptarse al cambio y adquirir nuevas habilidades con rapidez para sobresalir en este entorno dinámico y altamente tecnológico”, manifestó.
Destaca que en el caso de su empleador está establecida la #autogestión del aprendizaje, y su personal cuenta con plataformas de vanguardia para estos fines, accesibles desde cualquier dispositivo electrónico.
Los objetivos de esta política son; primero, colaborar con la eficientización de las funciones específicas asignadas a cada uno de los colaboradores, y segundo, contribuir con la expansión del aprendizaje del equipo mediante la instrucción de nuevas competencias.
En resumen, la industria bancaria de hoy busca profesionales versátiles que combinen conocimientos especializados con habilidades interpersonales sólidas para prosperar en un entorno laboral dinámico y altamente competitivo.