El talón de Aquiles de la burocracia criolla

El talón de Aquiles de la burocracia criolla

La eficacia, para la saturación mediática con las estrategias oficiales de la propaganda, consiste en no evadir ataques cuando provienen de litorales opositores o críticos de cierta nombradía pública o política. Ellos rebaten con argumentos maquillados que por lo general se notan que se colocan a la defensiva y abruman con ataques hasta muchas veces personales a quienes osan criticar el maravilloso gobierno que disfruta el país.
Esa táctica de atacar cuando alguna crítica le hace roncha en su sensible epidermis se hizo patente con la denuncia de Participación Ciudadana del desastroso estado de una buena parte de los cuarteles policiales. Se dijo que existe un plan de reparaciones y ya se han reparado algo mas de cien, pero todavía hay más de 400 que dan pena verlos. Y estos se observan en el gran Santo Domingo y los que están distribuidos en toda la geografía nacional. Tan solo algunos de los cuarteles en las cabeceras de provincia son los únicos que pueden exhibirse, mientras en las demás comunidades el desastre es lamentable e inocultable. Esto habla del mal generalizado de la burocracia de su aversión a darle mantenimiento a las obras bajo su cuidado.
La fobia al mantenimiento de los dominicanos, cuando llegan a un cargo público, es de acostumbrada antología de la ignorancia hasta para resolver la falta de una zapatilla de una llave de agua que gotea. Es que no le ponen atención por la forma tan a las claras que dejan deteriorar las obras bajo su administración para su vigilancia y cuido por los deberes de sus cargos.
El dolor de cabeza por el mal estado de las carreteras principales ha sido controlado por la valiosa labor de reconstrucción y de mantenimiento que lleva a cabo el Ministerio de Obras Públicas. Este ministerio en los pasados cuatro años le devolvió la utilidad y comodidad a centenares de kilómetros de carreteras y calles de los pueblos. Se atacó en profundidad el mal crónico de las desastrosas condiciones en que se encontraban por años las vías de comunicación.
Y el talón de Aquiles en el mantenimiento es el desastroso estado en que se encuentran las pocas plantas existentes para tratamiento de las aguas residuales. Y es que esas plantas ya son inservibles por su estado ruinoso en que se encuentran y los equipos ya destruidos o desaparecidos. No se explica de cómo las aguas negras domiciliarias pueden circular por las tuberías pero sin llegar a las plantas de tratamiento, como ocurre con la de Baní. De seguro que todo el sistema de tuberías se han taponado, y por las juntas, sale ese líquido residual que alimenta el subsuelo, razón por la cual en la mayoría de los casos no afloran a la superficie. Solo hunden el pavimento.
El descuido en atender el mantenimiento de las tuberías de los acueductos es otro mal crónico que genera pérdidas del orden del 50% del agua que supuestamente debería circular por las tuberías para abastecer adecuadamente a las poblaciones. Son muchos los casos de las lagunas de agua que por meses se estancan y permanecen en las calles de las poblaciones o corren por ellas en que sus acueductos son operados y mantenidos por algunas de las CORA, la CAASD o por INAPA.
En el empleado público no hay vocación de servicio para atender el mantenimiento de las estructuras, equipos, maquinarias y cualquier otro enser necesario para el funcionamiento operativo del gobierno. Lamentablemente el objetivo es buscar las fuentes que les pueda resarcir rápidamente su lealtad política. Y no ocuparse para atender el mantenimiento. Ahí no hay “comida”, por tanto no hay tantos beneficios, y por consiguiente no es una fuente de enriquecimiento rápido.
De ahí que el presidente Medina, el pasado viernes 16 durante el Consejo de Gobierno, al dar un puñetazo en la mesa enfatizó la exigencia que él hacía a sus funcionarios de que trabajaran con transparencia ya que el no saldría del cargo cabizbajo por culpa de algún subalterno que le metiera la pata y la mano al dinero del erario.
Y es que los funcionarios políticos, como el presidente Medina conoce su idiosincrasia, sabe que su interés es administrar una buena tajada del presupuesto para poder gastar en proyectos que al final de cuentas serían para buscar un beneficio jugoso de un dinero que una parte se le quedaría entre las uñas. A esos políticos pretenden evitar que se les nombre en cargos donde no hay atractivos presupuestos para gastos.

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