El talón de Aquiles que emerge por ausencia de las coerciones

El talón de Aquiles que emerge por ausencia de las coerciones

El talón de Aquiles que emerge por ausencia de las coerciones. Viene de capa caída el temor a contraer el virus SARS-CoV-2 ahora con variantes más propagadoras o pendientes de conocerse su real capacidad de dañar la salud. La dimensión reducida de su presencia y la esfumación de restricciones dejan prematuramente sin acicates la prevención de efecto colectivo.

Una consecuencia colateral lamentable de la desregulación que hace ver a los muchos ausentes de los puestos de vacunación como dormidos en los laureles de la suposición de que lo peor ha pasado completamente, a lo contribuyó una autoridad sanitaria describiendo la declinación de casos como irreversible.

Tal vez lo sea pero demasiado temprano, al mismo tiempo, para propagarlo desde fuentes oficiales como verdad inmutable tratándose de una infección con demostrada capacidad para los regresos.

En medio del júbilo que le causaba el derecho a poder mostrarse como el gran capitán de una redención sanitaria, en algún momento el presidente Luis Abinader definió su frenazo a las restricciones como una suspensión, como si la provisionalidad estuviera presente en sus intenciones.

Los liderazgos sindicales, empresariales y comunitarios deberían influir sobre sus subordinados y seguidores para que el interés por la vacuna no desaparezca por completo. Para que este ensayo de dejar a la libre voluntad la autoprotección no sea seguido por recaídas. Un almacenamiento costosísimo de los biológicos espera a los remisos.