El tema militar

El tema militar

El tema alusivo a los militares es siempre de actualidad, adquiere una vigencia permanente, porque conforme al artículo 93 de la Carta Sustantiva, corresponde a las Fuerzas Armadas la preservación integérrima de la soberanía nacional y también, apuntalar a los gobiernos electos por el pueblo en las urnas, única fuente legítima de poder y todo el resto es usurpación.

Ahora, en el vórtice de la campaña electoral y reeleccionista, sobre todo, del presidente Hipólito Mejía que no importa las conciencias sumisas al susurro aurífero ha dividido sensiblemente al PRD, el tema militar resalta cuando el ex-presidente Leonel Fernández y candidato presidencial por el PLD al poder el 16 de mayo próximo, significó el día cuatro del presente mes, en San Cristóbal, que con el asenso de 167 generales, el presidente Mejía «ha cualquierizado a las FFAA». Cierto.

En la época aciaga de los 22 años, pero sobre todo en los primeros 12, el entonces presidente Joaquín Balaguer realizó promociones que lograron promocionar a 60 generales y vicealmirantes de los institutos armados, mientras que hoy esa promoción supera en un centenar las de entonces.

Los jefes de Estado Mayor de las tres armas, Ejército, Marina y Fuerza Aérea, han incurrido en la inadmisibilidad de deliberar, exponer criterios políticos, realizar proselitismo con el uniforme, que aunque ya no sugestiona como en un antaño reciente, tiene sus influencias notables porque genera favores, prebendas, promociones, obsequios en efectivo, como han hecho los jefes del Ejército y de la FAD.

No obstante la reincidente prédica del titular de las FFAA, teniente general José Miguel Soto Jiménez, en el sentido de que los guardias deben mantenerse al margen del faenar político, el supremo comandante e las FFAA, que es el jefe del Estado, en esta ocasión, el presidente Mejía, es obvio que ha autorizado ese ajetreo al margen constitucional de los tres jefes de Estado Mayor, sin que empero, muchos de sus subalternos lo secundaren, por lo menos, en cuanto los medios de comunicación hubiesen podido detectar en público.

El presidente ha contradicho sin decir una palabra, al titular de las FFAA, consintiendo esas prácticas de los subalternos de su secretario militar, y eso traduce indisciplina, que es sumamente delicado cuando del tema militar se trata, y que es una de las diferencias entre ese importante estamento y los civiles y que también ha definido acciones de envergadura en forjar la patria de Los Trinitarios de 1838, y los desideratums posteriores que han contrariado esa norma valiosísima para el cuartel.

Cierto que el presidente Mejía ha volcado un inmenso interés en la profesionalización y especialidad de los soldados de la patria como ningún otro gobernante, logros incuestionables que inclusive fueron ponderados en un certero comunicado que hicieron conocer al país las reservas de las FFAA el día ocho del presente mes en un diario matutino.

Señalan las reservas de las FFAA que preside el mayor general EN (r) Aris Manuel de Jesús Burgos Villa que esos logros del presidente Mejía para con las FFAA y el país, se definen en la creación del organismo de Derechos Humanos, el logro más señero en las FFAA del presidente Mejía, además del Instituto de Geopolítica, Comisión de Reforma, Escuela de Estado Mayor de la FAD y M de G, elevación del rango de la Academia Batalla de las Carreras a Universidad, capacitación al máximo nivel, Primer Escuadrón de Caballería Aérea, elevación Batallón de Seguridad a regimiento, creación de Sexto Batallón a regimiento de Montaña, Batallón GP a primer Regimiento, batallón Comando, procurador, contralor y auditor, creaciones para transparentar gasto presupuestario, creación servicio militar voluntario. Patrulla de Frontera en Mulo.

Finalmente, albergue infantil para menores deambulantes en el Centro Vacacional de San José de las Matas, dotación de los mejores equipos médicos a los hospitales de las FFAA, central y el de San Isidro, creación del Instituto de Bienestar y Asistencia Social de la Reserva, cooperativa de servicios múltiples de la reserva de las FFAA y PN, cuido como nunca de la reserva de los institutos armados que por primera vez se sienten protegidos por un gobernante.

Ese conjunto de logros es evidente que han podido concretizarse no solo por la decisión del gobernante, sino por alguien a quien confió la cartera que le ha sugerido, por su experiencia y cultura de historiador, esos avances inusitados en 157 años atrás e iniciados hace tres.

Ese conjunto no ha debido chamuscarse enlodando de política a las FFAA que deben preservarse intactas, para un futuro cercano en que le aguardan la misión suprema luego de 1844 y 1863, que es deshaitianizar al país por los métodos accionarios que sólo nuestras gloriosas FFAA saben y conocen.

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