Nelly Ramírez 
El terciopelo, ese tejido que se sitúa en el “art déco”, y que no son muchos los que se atreverían a utilizarlo en la decoración de su hogar, actualmente está en tendencia, y se ajusta a cualquier espacio al que se desee dar un toque de reminiscencia.
Este tejido de textura velluda y gran suavidad al tacto, sin duda que además de añadir elegancia a ese rincón especial, también aporta distinción, confort.
Dada las características amigables de la tela, va muy bien en una sala de estar, un espacio de descanso en un sofá, cortinas, mantas para la cama, un diván, otomán, butaca, cojines…
Aunque su uso no es muy común, es hora de atreverse a innovar con esta tela cuyo origen se sitúa en el Lejano Oriente a principios del siglo XIII, desde donde se extendió a Roma. Se sabe que los antiguos faraones egipcios también la usaban.
Datos referentes a este tejido indican que es una de las preferencias de los interioristas y diseñadores, dada su elegancia, suavidad, diversidad de colores y delicadeza.
Tanto en tonos suaves, como el rosa palo, amarillos, gris, así como verde intenso, hacen resaltar a los espacios resalten.
Otro origen del terciopelo
Aunque datos refieren que data del siglo XIII en Oriente, más recientemente se ha situado el terciopelo en Europa, en las ciudades de Florencia, Venecia y Génova. Se dice que la última es una de las mayores productora de esta tela.
Como arte
Se les atribuye a los los tejedores flamencos en el siglo XVI. El terciopelo evoca espacios señoriales y es un tejido muy rico en colores.
