El terrorismo del terror permanente

El terrorismo del terror permanente

LEO BEATO
«Si se mantiene a las masas atemorizadas dominaremos al mundo». Así opinaba Joseph Goebels, el ministro de propaganda de Adolfo Hitler. «Una mentira repetida muchas veces termina siendo verdad». Esta «verdad» es una gran mentira, pues depende de la perspectiva desde donde se enfoque esta falacia. En el momento en que las masas se sacuden de su letargo de zombis ambulantes, automáticamente se liberan ellas mismas de la narcolepsia en que las han mantenido falsamente esclavizadas.

Veamos un ejemplo clásico: Michael Chertoff, el flamante secretario de la Homeland Security Agency (La seguridad del Estado), es conocido como el Frankestein israelita por sus facciones funerarias y sus declaraciones esporádicas que mantienen a las masas en vilo. Hace poco dijo lo siguiente: «No tengo ninguna evidencia concreta pero en el fondo de mis tripas (my guts) tengo el presentimiento de que este verano va a suceder algo terrible». Solo le faltó reforzar su declaración con uno de los colores claves acostumbrados, verde, amarillo, rojo o anaranjado. Las masas, sobre todo en los aeropuertos, han sido condicionadas a responder a estos colores como conejillos de indias amaestrados donde el rojo equivale a un virtual estado de sitio. La abuelita diciéndole a sus nietecitos: «esta noche vendrá el cuco a buscarlos si no se portan bien». Como decía El Cura de Ars, Juan Bautista Vianney, «Al Diablo es mejor no mencionarlo no sea que se le ocurra aparecerse sin uno haberlo llamado».

¿Cómo se le ocurre a Michael Chertoff, inmigrante judío de doble ciudadanía e hijo de un ex agente del Mossad israelí, hacer semejante pronóstico tan vago como irresponsable? Se trata de una alarma innecesaria a los ya aterrorizados ciudadanos. Su función es la de defender, no la de aterrorizar sin motivo aparente. Equivale a lo que Burrhus Frederick Skinner, el padre de la psicología conductual, llama «»refuerzos escalonados a intervalos programados». Es bien sabido que los servicios de inteligencia, sobretodo los de EE.UU., emplean a connotados sicólogos conductistas desde hace años para analizar la conducta social y manipular a las masas a través de reflejos condicionados previamente planificados. Lo mismo hacen las grandes corporaciones publicitarias y las cadenas de televisión envueltas en campañas publicitarias subliminales.

No es coincidencia que de vez en cuando aparezcan asesinos en serie o adolescentes que de repente pierden el juicio y se tornan violentos asesinando a mansalva. Es un fenómeno netamente norteamericano. Es un hecho comprobado que a partir de la década de los años 70 los servicios de inteligencia, CIA (EEUU), Mossad (Israel), MI 5, MI 6 (Gran Bretaña), ISI (Pakistán) conjuntamente crearon «facciones terroristas musulmanas», incluyendo a Al Qaida, que funcionan como «intelligence assets» (operativos de inteligencia de apoyo complementario) para servir a sus intereses globales de geoestrategia.  Es lo que se conoce como «La Cadena de Militantes Islámicos (Militant Islamic Network) para justificar lo que ellos mismos llaman «The perpetual threat of fabricated outside enemies» (La amenaza perpetua de enemigos externos fabricados). Mike Ruppert in su libro «Crossing the Rubicón» (Cruzando el Rubicón) afirma que Al Quaeda fue creada por el MI 6 británico con la ayuda del Mossad israelita para asesinar a Muamar Qaddafy en el 1996 y que posteriormente Osama Bin Laden fue huésped de la inteligencia norteamericana al cual el ISI (Servicio de Inteligencia Paquistaní) ayudó a escapar de Afganistán con la anuencia de la CIA. En el argot de los servicios de inteligencia este tipo de subterfugio se conoce como «false flag operation» (operar bajo bandera falsa) para confundir al mundo y justificar el incesante terrorismo de estado que se ha desatado antes y después del 9/11 (Torres Gemelas, N.Y.).

Tanto éste como el 3/11 (Madrid), como el 6/7 (Londres) y el 7/7 (Glasgow, Escocia) son operativos encubiertos de los mismos servicios de inteligencia para mantener en jaque a la ciudadanía mundial.  De acuerdo con Michel Chossudovsky, autor del libro «War on Terrorism» (La Guerra contra el Terrorismo) no debe de sorprendernos que se use otra mega tragedia para impedir las elecciones presidenciales estadounidenses del 2008 y así justificar la permanencia en el poder de la actual administración creando virtualmente una dictadura planetaria. Es decir, que si sucede otro mega atentado (se rumora que será en un tunel de San Francisco, California) ya sabemos quiénes son los verdaderos culpables.

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