El tesoro oculto de Claude Monet ve la luz

El tesoro oculto de Claude Monet ve la luz

Ocultas en la habitación de su casa de Giverny, la de los nenúfares y el puente japonés, el “egoísta” Claude Monet guardaba una colección deslumbrante de obras de sus artistas coetáneos, como Cézanne, Renoir o Rodin, que ahora se exhiben juntas por primera vez.
El santuario del más conocido de los impresionistas (1840-1926) no estaba al alcance de cualquiera. Sus asiduos visitantes se quedaban maravillados por las estampas japonesas que la casa de Giverny mostraba en su planta baja, pero ignoraban el tesoro que escondía la alcoba. Monet se definió como un “egoísta”. Su colección era, decía, “para mí mismo… y para algunos amigos”. Desde ayer, el museo Marmottan Monet de París -poco conocido para el gran público pero repleto de maravillas impresionistas- reúne las pinturas que el artista recopiló con mimo y gran olfato a la largo de su vida. Para el genio francés, “el arte se quedaba alrededor de su cama, mientras que las estampas japonesas eran solo decoración”, explica el comisario de la muestra, Dominique Lobstein.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas