El testamento emocional de un mártir de junio 1959: Octavio Mejía-Ricart

El testamento emocional de un mártir de junio 1959: Octavio Mejía-Ricart

TIRSO MEJÍA-RICART

Mi corazón lo dejo al pueblo, a aquellos que sintieron el látigo del sol y la miseria

Antes de venir con la expedición antitrujillista, mi hermano Octavio abandonó su promisoria vida en diversos aspectos y expresó su última voluntad, de la que extraigo un fragmento significativo.

Yo, Dr. Adolfo Octavio Augusto Mejía-Ricart y Guzmán; estudiante de nacimiento, aprendiz de cirujano de profesión y maestro de vocación; en uso completo de mis facultades y afrontando libremente el dilema de vida y muerte, establezco la siguiente como mi última voluntad.

1- QUE MIS RESTOS SEAN enterrados en tierra de Santo Domingo, desnudos de toda superflua envoltura para que sientan su cálido contacto y se entrelacen con la dulce tierra por la cual he querido vivir y morir.

2- QUE SI HUBIESE LUGAR se siembre flores y un caobo sobre mi tumba y ésta se sitúe al borde de un camino agreste para que mis elementos desintegrados crezcan de nuevo a la vida a dar sombra y color a todos cuantos pasen por mi sitio, para que la nueva vida de mis elementos sea útil a los demás como ha sido mi deseo que fuera mi presente vida.

3- POR CUANTO CABE a mi exiguo patrimonio; lego a mi patria, a mi padre y a mi madre, a mis maestros y a mis hermanos, así como a todos los dominicanos, el pequeño acerbo de mis ideales y el agradecimiento por la educación recibida que hizo de mi pasaje por este mundo la más interesante aventura y el más delicado de los bellos jardines.

Dejo en especial mis ilusiones de soñador despierto y el testimonio de mis convicciones, a la Juventud eterna, de hoy y de siempre, que fue y será juzgada ilusa, atolondrada o loca, por tratar de vivir según el patrón de perfección compuesto por sus ideales.

Mi corazón lo dejo al pueblo – a sus estratos más bajos-, a aquellos que sintieron el látigo del sol y la miseria y llevaron a cabo la cosecha para darme la oportunidad de estudiar. Para ellos querría haber vivido yo, porque yo creo que más fácil morir por la Patria que vivir para ella.

Aquí estoy, listo a partir por esa lucha. Mi hermano Marcio acaba de renunciar a su posición de Asesor del Presidente de Venezuela, dirigiendo los trabajos de Planeación, una posición remunerada excelentemente, una posición que él realmente quería y por la que dejó Londres, con su esposa en cinta para unirse a la lucha.

Esta misma actitud es la de mi hermana, una persona que, aunque tiene un título universitario ha sido siempre una cultivadora de la vida de sociedad. Tirso, mi hermano más joven está en la lista de los perseguidos para ser apresado.

No es mi ambición sobrevivirles.

Debo ser sincero y confesar que trataré de lograr que la expedición sea todo un éxito. Pienso aportar todo lo que pueda con ese fin, pero te mentiría si no te dijera que no creo que tengamos más de un 10% de posibilidades de éxito y menos aún las de salir con vida, según lucen las cosas ahora.

Trataremos de lograr mayores posibilidades de éxito, si fuere posible y evitar derramamientos de sangre innecesarios y el fracaso militar de la expedición…

Me resulta difícil creer que somos un pueblo sin esperanza ni futuro…
Nota: Octavio fue asesinado por Ramfis Trujillo, por responder a sus insultos escupiéndolo en la cara.

Me resulta difícil creer que somos un pueblo sin esperanza ni futuro…

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