El tiempo apremia

El tiempo apremia

El presidente Leonel Fernández en su discurso abordó diversos tópicos que procedemos a desglosar:

1. El acuerdo de monitoreo con el FMI se realiza fundamentalmente, con el propósito de crear las condiciones mínimas para la entrada de capitales líquidos, y así enfrentar el déficit de saldos corrientes.

2. Indicó, como era necesario, que no habrá nuevos impuestos, ni tampoco aumento de los existentes. Una medida contraria hubiese significado un serio daño a una economía debilitada y terminaría reduciendo los actuales ingresos fiscales.

3. Respaldó un presupuesto que perpetúa un modelo político caracterizado por enormes gastos operacionales (esto existe en todas las instancias del Estado: Gobierno Central, ayuntamientos, Junta Central Electoral, etc.) lo que impide la creación del ahorro necesario para la inversión económica que permita mejorar nuestra competitividad, y así poder enfrentar, con eficiencia, esta crisis.

4. Planteó, lo que creemos loable, la necesidad de un diálogo nacional para ser desarrollado en el mes de enero del 2009. Ahora, donde disentimos de esta propuesta es que este diálogo se lleve a cabo una vez después de haberse aprobado el presupuesto nacional, que es el instrumento fundamental para realizar las modificaciones necesarias para enfrentar la presente crisis. Donde diferimos, además del discurso del presidente (con la modesta autoridad que nos asiste, por haber anticipado dos años y medio antes, lo que casi nadie hizo en el mundo, incluyendo las instituciones internacionales como el FMI, el BID, Banco Mundial, etc.) pronosticar lo que se nos venía encima: la crisis y la severidad de sus efectos a nivel mundial, y los efectos negativos en nuestra economía. Bien se puede comprobar estos en artículos que publicamos en el periódico Hoy en los años 2005- 2006).

La crisis económica y financiera mundial se está analizando en el país como una  crisis cíclica; donde los efectos de los excesos de algunos sectores económicos se enfrentan positivamente con instrumentos fiscales y monetarios. La actual crisis es la tercera crisis sistémica que ocurre desde año 1890. ¿Por qué sistémica?; por las siguientes razones:

1. Ha afectado económicamente al mundo entero y a todos los sectores económicos de cada país. Y, al mismo tiempo al sistema financiero de los países con alto nivel de desarrollo: Estados Unidos, Japón y la Zona Euro.

2. Las pérdidas de dinero a través de los mercados accionarios ha sido, en los últimos once meses, 34.5 trillones de dólares, cuando el PBI mundial, según el FMI, es de 62.3 trillones de dólares.

3. Se han caído en el casi todo el mundo, drásticamente, el precio de la vivienda y el valor de las pensiones que es lo que posibilita el endeudamiento de los consumidores (el consumo en los Estados Unidos es el 68% del PBI). De hecho, la demanda mundial de bienes y servicios se ha desplomado. Esta situación es obvia cuando analizamos los siguientes datos:

a. El promedio de la caída de los bienes básicos (petróleo, metales y comida) es de 54% en apenas 5 meses.

b. Los fletes marítimos sean descalabrados. Hace seis meses enviar un contenedor de China a Alemania costaba 2000 dólares. Actualmente, cuesta 600 dólares. Enviar un buque estándar a granel de Brasil a China costaba, hace 6 meses, 32,000 dólares diarios, hoy cuesta apenas 14,000 dólares.

c. En los Estados Unidos el índice de manufactura, el de venta al detalle y el de venta a servicios, cayó en noviembre a los niveles más bajo en 34 años.

d. Por otra parte, se han perdido en los Estados Unidos 1.9 millones de empleos en 11 meses, de los cuales 1.2 millones ocurrió en los últimos 90 días. Es importante enfatizar que este número no representa  el valor real del desempleo de los Estados Unidos; ¿por qué?: porque no incluye a los trabajadores cesanteados que han dejado de buscar empleo e incluye como empleo completo a los trabajadores que laboran 20 horas diarias. Si se incluyeran éstos, conforme al Buró de Estadísticas Laborales, el desempleo alcanzaría la cifra de 11.8%.

4. Las economías de los países asiáticos excluyendo a Japón, son casi totalmente impulsadas por las exportaciones. Sus exportaciones son equivalentes al 46% de su PBI. Con el desplome de la demanda económica global (muy especialmente los Estados Unidos, Japón y Europa) esas naciones, indudablemente continuarán exportando bastante; pero una importante porción de sus saldos exportables no tendrán, como anteriormente ocurría, lugares donde colocarlos y como consecuencia de esto podrían ocurrir dos hechos:

a. Que la recesión se ahonde en Asia.

b. Se vean copiladas a vender bienes exportables con fuertes presiones deflacionarias. 

5. Inevitablemente, la situación empezará a mejorar. Sin embargo,  todas las proyecciones (FMI…OECD, JP. Morgan Chase, y Barclay Capitel) indican que el 2009 será sustancialmente más difícil que el 2008.  

Dos apreciaciones que parecen definitivas:

1. A nuestro juicio, esta crisis va a afectar las zonas francas, las remesas, el turismo y, posiblemente, la inversión de capitales. Por ejemplo, veamos el caso de México. La revista Forbes,  que acaba de ser publicada el 7 de diciembre del 2008, está dedicada a México. Asimismo, el prestigioso Instituto de Competitividad de México le proporcionó a Forbes las siguientes informaciones:

a. La remesa habían bajado, en agosto del 2008 en un 10%. El instituto espera que bajen, en el 2009, de 16 a 18 %.

b. El parque de zona franca cercano a la frontera norteamericana, que tiene 234,000 empleados, había perdido un  11% de los empleos en los últimos 60 días. Veámonos  en ese espejo.

Dada la extrema fortaleza de la actual crisis financiera y económica mundial, se necesita un plan, el cual tendrá, necesariamente algunos efectos sociales negativos, el que debe ser concebido y estructurado por un diálogo transparente, patriótico y sereno de todo el liderazgo económico, político y social del país. Con el tendríamos la posibilidad de enfrentar esta crisis  con daños manejables. Estamos convencidos que de no lograrse y ejecutarse dicho plan, el mercado corregirá nuestra economía con daños extraordinariamente severos.

Una Nación sólo tiene un Presidente en un momento dado, en consecuencia, al presidente Fernández le corresponde, con la mayor rapidez posible, crear las condiciones para lograr este necesario consenso nacional. Estamos convencidos de que si esto ocurre así, unidos podremos enfrentar esta situación de una manera eficaz y con daños tolerables. Todos los dominicanos debemos saber que nuestro margen de maniobra es muy modesto y se está achicando de forma inexorable cada vez más y, por tanto, no nos podemos dar el lujo de posponer la implementación inmediata de un programa abarcador y consensuado; programa, que por su dimensión y pertinencia, sería de una magnitud desconocida en toda la historia económica de nuestra patria.            

La cifra

34.5 trillones de dólares.   Ha sido la pérdida sufrida por los mercados bursátiles en los últimos meses, a causa de la crisis que afecta a los Estados Unidos y que ha contagiado a las naciones más ricas del mundo. Esta pérdida equivale a más de la mitad del PIB mundial, estimado por el FMI en 62.3 trillones de dólares.

Una visión muy optimista

Pese al impacto de la crisis  financiera internacional, la economía de República Dominicana mostrará este año un crecimiento cercano al cinco por ciento, un resultado menor a lo esperado pero que, a juicio del presidente Leonel Fernández, resultad  satisfactorio. En un discurso calificado por los críticos como demasiado optimista y ciego ante la los avatares de la economía internacional, y lo que esto puede suponer para el país,  el presidente  Fernández dijo que hasta mediados de  año se esperaba que el año cerrara con una inflación de 10,34%, pero  las últimas proyecciones del Banco Central la estiman en 7%.

En su discurso, pronunciado el lunes a través de una cadena de radio y televisión, el presidente explicó los entresijos de la crisis mundial y esbozó su plan para enfrentarla. Los críticos indican que el discurso del mandatario tenía pocas novedades, y que gran parte de las obras y medidas anunciadas, ya las había prometido con anterioridad.

Entre otras cosas, Fernández dijo que el monto de la inversión extranjera en el país será de US$2.,300 millones de dólares este año, superando en más de 1.000 millones  la inversión del 2007. Para Fernández, los resultados económicos favorables en medio de la crisis fueron posibles gracias a las previsiones adoptadas por el gobierno desde el surgimiento de la crisis financiera global. El presidente anunció nuevamente la construcción de grandes infraestructuras, la adopción de medidas fiscales y monetarias coherentes, así como proyectos que refuercen el empleo.

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