«El sur también existe”, dijo don Mario Benedetti en sus escritos apologéticos sobre los grupos poblacionales olvidados. Esa voz se ha escuchado en República Dominicana e interpretada en su justa dimensión por el presidente Danilo Medina, su gobierno y los demás poderes del Estado. De ahí, la decisión histórica tomada por el primer mandatario de la nación de enfrentar la estructura mafiosa que había puesto a agencias públicas al servicio de sectores perversos que pretendían apropiarse de manera fraudulenta de los terrenos en Bahía de las Águilas, en la provincia Pedernales.
El justo deseo del presidente Medina de rescatar los terrenos del pueblo dominicano en Bahía de las Águilas ha encontrado eco muy positivo en los demás poderes públicos. De hecho, la responsable sentencia evacuada por el tribunal competente, dirigido por quien he definido como una heroína contemporánea, a decir, la jueza Alba Luisa Beard Marcos, vino a consolidar el proceso de rescate iniciado por el presidente de la República.
Este largo recorrido en defensa del patrimonio del Estado en Bahía de las Águilas, está siendo coronado con el anuncio hecho por el gobierno dominicano de iniciar el desarrollo turístico de toda esa zona. Ésto se realizará a través de la creación de un fideicomiso por medio del cual se promoverá una participación multisectorial que permita beneficiar no sólo a la provincia Pedernales, sino también a toda la región sur, pues no podemos ocultar que la demanda de mano de obra que ese nuevo polo turístico tendrá, deberá ser satisfecha también por las demás demarcaciones.
La experiencia que hasta el momento hemos tenido con la fiducia Banreservas-Red Vial, donde el Banco de Reservas y el Ministerio de Obras Públicas juegan el papel protagónico, ha sido muy positiva y ya se ven los resultados.
Evidentemente, que este proceso implicará el inevitable desalojo o reubicación de empresas que realizan actividades industriales en esa zona, que no son compatibles con la industria turística.