El todo, la primavera,
las reflexiones

El todo, la primavera,<BR>las reflexiones

Se inicia mañana la Semana Mayor, lo incandescente del majestuoso sol en estos días habla de cambios climáticos, la solemnidad de la semana misma, nos obliga a reflexiones que nos abstraen como queriendo andar solos por el campo, ya Machado lo dijo en sus poemas, el que viaja solo por el huerto en meditación, siempre espera hablar con Dios.

Hoy tengo como comensal, un libro nada simple para mí y me ha retado, me he visto en la obligación forzada de releerlo. La obra es “La Ciencia y el Campo Akásico” de Ervin Laszlo, prominente filósofo húngaro. Obra que ha resultado ser una introducción no-técnica al universo informado, la piedra angular de una teoría científica que acabará por convertirse en una auténtica “Teoría del Todo”. Describe los orígenes y los elementos esenciales de esta teoría y explora el porqué  y el cómo está emergiendo de la física cuántica y de la cosmología, de las ciencias biológicas y en el nuevo campo de la investigación de la conciencia. Es la Teoría Integral más completa que se haya producido.

En verdad si hacemos un recorrido histórico por  el pensamiento de algunos de  los grandes hombres de ciencia que ha tenido la humanidad y revisamos sus puntos de vista, Newton precisó los mecanismos del reloj, Darwin comprobó la supervivencia de los más fuertes, Freud nos habló del subconsciente egocéntrico que tenemos los humanos, Einstein planteó la relatividad tiempo-espacio y el autor que estoy leyendo, Laszlo,  insiste  que el universo es un todo interconectado en un ajuste coherente. Sí, pero nadie hasta hoy ha logrado una explicación satisfactoria que describa las complejidades del cosmos. Me declaro un apasionado de las ciencias y en particular de esa mencionada, que trata de la investigación de la conciencia, ya sea por mi condición de neurólogo o porque me inicié temprano en el manejo del cerebro, órgano Rey. Sin pretender compararme yo a estos prohombres y mucho menos pretender sus clarividencias mentales, y en razón de no obtener las adecuadas respuestas a las complejidades del universo y de éste bello y cálido tiempo, me refugio en procura de respuestas en algo que también disfruto y que logra apasionarme, la poesía. Permítanme compartir con ustedes mis propios versos primaverales.

/La primavera con su carga de colores y de estímulos, se ha convertido en estos días en una constante motivación de mi alegría/ Como una bujía inspiradora de corolas en flor que nos contagian, está mi espíritu interior alborozado, acaso como lo está el jilguero en la montaña/ Puede ser tal vez, que las fragancias de frutillas tiernas me estimulan a la felicidad, floreciendo al lado tuyo como la primavera misma, y hoy siento en mi interior una cascada que cae en el recóndito altozano de mi espíritu/ Puede ser que tal vez, me esté yo imaginado un solo pétalo cubriendo las hermosuras  de tu tierno y palpitante “corazón”/ En esta primavera, insisto que la desbordante alegría interior de mi enamorado corazón que tú motivas, bien pudiera compararse con un brillante cielo lleno de carillones. Este bello tiempo, me acerca más a ti, y deseo que tu risa y tu mirar sean por siempre como hasta hoy, una hermosa flor en primavera/. Una feliz Semana Santa, recuerden que debe ser un asueto moderado.

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