Lo conocemos como un estilo desenfadado, libre y sin muchas complicaciones, muchas veces ligado a lo llamativo y extravagante, hoy llega nuestra decoración con un tono chic, donde se deja volar la imaginación con sus notas coloridas pero llega con menos desenfado y mucho mas actual.
Es un estilo nacido en Francia y muy ligado al arte por lo que da importancia a las piezas con historia, con carácter. Ecléctico por naturaleza, el boho mezcla textura, formas y colores haciendo estampas ricas en combinaciones, colores y diseños.
Cuando se menciona el bohemio o boho los colores saltan al protagonismo, por lo que en esta versión lo ideal es manejar una paleta neutra en las paredes y bases para poder incluir los elementos llamativos que caracteriza el estilo.
Las alfombras son un sí o sí, uno de los elementos imperdibles pues aporta la calidez característica del bohemio e incluso suelen usarse alfombras superpuestas para enriquecer el diseño.
Lograr ambientes relajados es otro de los aspectos del boho, por lo que los cojines vienen de a mucho, en los sofás, camas y hasta el el piso, como puff u otomanes. Fibras naturales, telas entretejidas y mucha textura.
La madera y los materiales nobles son principales en el mobiliario, líneas simples y nada rebuscado o demasiado metálico, pues la sencillez impera en las terminaciones que van más bien del lado de lo rústico y sin pulir.
Canastas, piezas en mimbre o rattán, bandejas en bronce o candelabros. Esos detalles que cuentan historias y que nos inspiran son los que busca el boho, un estilo que trabaja nuestra creatividad a través de colores y texturas.
Ya no hay por qué pensar en el boho como desordenado, es un estilo que se ha reinventado y con el cual se logran espacios prolijos y actuales con su esencia creativa y relajada.