El Tour de France: un modelo de pedagogía televisiva

El Tour de France: un modelo de pedagogía televisiva

Como cada año, no soy la única pendiente de las retransmisiones diarias que realiza televisión francesa, en torno al Tour de France. Soy asidua telespectadora, no porque me gusta el ciclismo, sino porque soy admiradora del modelo pedagógico que desarrolla la televisión y sus comentaristas. Desde el primer día del Tour, ya conocemos lo que será la vuelta que deberán recorrer los ciclistas, hecho relevante porque ya estamos conscientes de la enorme logística que se requiere, de los largos kilómetros que van a desfilar ante nuestros ojos y de las diferentes regiones que vamos a recorrer en esa larga travesía europea. A partir del 2do día, el protagonismo se reparte entre el deporte, la geografía, la arquitectura, la cultura regional, la historia y la enseñanza de valores propios del ciclismo. Así, los largos kilómetros que podrían ser monótonos, porque un pelotón de ciclistas no tiene nada de atractivo, se convierten en verdaderas clases integrales. Primero y sobre todo, se aprecia el esfuerzo personal y el colectivo a la vez, ya que cada ciclista corre por su fama, por ganar una etapa pero muchos deben hacer el trabajo, para el líder de su equipo, el favorito. No importa, el equipo es uno y está conformado por soldados disciplinados. No importa la pena, el dolor vemos cómo el regocijo es total cuando el equipo lleva su líder a un buen tiempo. Pero la lección diaria es más compleja. La hazaña se realiza atravesando paisajes industriales, ciudades y campos agrícolas, con climas diferentes, por lo tanto pasamos de campos de trigo, de patatas, a antiguas minas de hierro, nos invitan al disfrute de viejos castillos medievales, iglesias, abadías, monasterios, sabemos la Orden religiosa y a qué se dedican, nos hablan de batallas, de héroes locales y mientras tanto el pelotón se estira, unos adelante, otros atrasados, los fanáticos saludan, ayudan con su entusiasmo el esfuerzo humano que durará quince días. De carreteras rectas a carreteras de montañas apreciaremos las subidas sinuosas para asistir después a increíbles bajadas hacia los valles, donde no serán exentos de accidentes algunos de ellos. Veremos cómo el pueblo empuja su favorito y también veremos escenas no tan caballeras como las que provocaron la expulsión de un campeón del mundo, nos dan a cada momento, lecciones de ética deportista, lección de generosidad, de sacrificio que los telespectadores se recordarán para siempre. La televisión proyecta el ciclismo como un deporte donde impera la generosidad y la valentía, sin mañas, ni esteroides, los niños lo saben, la televisión lo repite. El deporte es un lugar donde se comparte. Bueno, mientras escribía, la etapa terminó, ganó el mejor. Mañana, el pelotón atravesará una nueva región de Francia, donde la historia, la geografía, la gastronomía nos serán enseñadas gracias a un Tour de Francia que se convirtió en una Institución Nacional, sin precedente gracias a la televisión.

Publicaciones Relacionadas