El tradicional Festival de la Orquídea

El tradicional Festival de la Orquídea

Además de su patrimonio arquitectónico y musical, los chiquitanos quieren ampliar su oferta turística con eventos relacionados con la exuberante naturaleza de la zona y sus ricas tradiciones, a partir de una serie de festivales temáticos.

Es el caso del Festival de la Orquídea, que a primeros de octubre celebró su novena edición, para mostrar a los visitantes la variedad de formas y colores exóticos de esta preciada flor, en el municipio de Concepción, considerado el “santuario de la orquídea chiquitana”.

En la zona hay una especie propia de orquídea, la Cattleya Nobiliar, conocida como orquídea chiquitana. No lejos de Concepción, en el paraje conocido como El Encanto, el visitante puede apreciar incluso orquídeas silvestres.

La diversa fauna de la Chiquitania también da para organizar eventos para los amantes de la naturaleza. Los aficionados a las aves pueden acudir al Festival de las Rapaces, que celebrará a finales de octubre su segunda edición.

En él se podrán observar las diferentes variedades de águilas, halcones y otras aves que migran desde el norte del continente americano hacia la Represa Zapocó, también en Concepción.

Wildem Barbery, el alcalde de Concepción, explicó a Efe que todos estos eventos involucran a muchos habitantes del municipio -donde residen unas 16,000 personas- ya que “artesanos, músicos y todos los que viven del turismo se benefician de los festivales”.

Los jóvenes de estas localidades los aprovechan además para mostrar el “talento especial” que tienen para las artes y con el que mantienen viva la cultura misional, explicó el restaurador Milton Villavicencio.

Para él, los chiquitanos “han heredado, generación tras generación”, el arte de la música, el tallado y las artes plásticas que a mediados del siglo XVII usaron los jesuitas para acercarse a los indígenas y evangelizarlos.

De ello da fe la orquesta Hombres Nuevos, dirigida por Rubén Darío Suárez Arana y compuesta por niños y jóvenes de familias humildes de Concepción que interpretan, a través de la música clásica, barroca y tradicional, la historia de las misiones.

Además, desde los colegios se fomentan otros proyectos culturales como obras de teatro, concursos de pintura y dibujo y se enseña a los niños a conservar el medio ambiente para fomentar el turismo sostenible.

Precisamente una de las preocupaciones de los organizadores del Proyecto Misiones, impulsado por la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco) y el Centro para la Promoción del Desarrollo Sostenible (Cepad), es preservar el entorno natural y la autenticidad de estos pueblos.

Estos municipios, que viven principalmente de la ganadería, aún conservan sus calles de tierra rojiza  sin asfaltar y en ellas se pueden ver algunas casonas de estilo colonial, decoradas con motivos chiquitanos como sus columnas de madera tallada en espiral.

Por su parte, las diferentes comunidades indígenas que viven en las zonas rurales mantienen las formas de vida y costumbres ancestrales.

Los numerosos grupos de tamborileros y flautistas que amenizan cualquier ocasión especial en las misiones chiquitanas con los sonidos típicos cruceños, como el del taquirari, también contribuyen a conservar las tradiciones. En estas ocasiones, las mujeres usan los tradicionales “tipoy”, vestidos similares a camisones usados por las guaranís.

Las claves

1.  La receta 

Arte barroco mestizo, naturaleza y tradición es la receta para atraer turismo que está impulsando la región boliviana de la Chiquitania.

2.  Ubicación

Se encuentran en las localidades cruceñas de San Xavier, Concepción, San Ignacio, San Miguel, San Rafael, Santa Ana de Velasco y San José de Chiquitos.

3.  Tesoro musical

Se descubrieron miles de hojas de música sacra escritas entre los siglos XVII y XVIII.

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