El transfuguismo en búsqueda de lo mío

El transfuguismo en búsqueda de lo mío

El espectáculo que vive el país, con la desesperación de tantos políticos buscando guarecerse con la opción que ellos creen va a ganar el 20 de mayo, resulta bochornosa y nauseabunda. Es un descaro  buscar alianzas, y a la vez, estar invirtiendo dinero con ideas de recuperarlo  con creces a la hora de que su candidato sea el ganador y luego se vea gratificado con un cargo donde guisar.

 Ya no hay ningún prurito moral, solo se busca apoyar al candidato que posiblemente va a triunfar, con el fin de cobrarse  esos sacrificios y asaltar los ministerios en base a contratos, compras, botellas con sueldos de lujo o nombramientos diplomáticos a la carrera en cargos  que nunca van a ocupar.

 Para estas elecciones, el transfuguismo está a la orden del día. Nunca como antes se había observado tantos movimientos con   exhibición de vallas de todos los colores y tamaño, en donde se promueve al candidato y a su patrocinador  de alguno de esos movimientos que esperan una recompensa generosa, si su candidato triunfa.

 Como van las cosas, lo que se creía iba a ser una victoria fácil del candidato del PRD, que había recibido una avalancha de apoyo de las más variadas motivaciones, desde constructores hasta jugadores de domino,  ha comenzado  a disminuir  ante un viraje sutil de las simpatías  y cerrando el margen de diferencia que antes había sido tan notable en perjuicio del PLD, que ahora va repuntando.

 No hay duda que hay  pánico entre los cientos de tránsfugas  que habían apostado ciegamente por el candidato del PRD, lo cual, para los que llevan anotaciones verán, a muchos que se les apagarán sus ímpetus  hipolitistas, desaparecerán del panorama  y semanas antes de las elecciones estarán apoyando al danilismo, sin ni siquiera eruptar como expertos chaqueteros que son.

 Por eso, ese juego de amagar y no dar es de los reformistas, que esperaban un afianzamiento de una de las dos candidaturas mayoritarias para ver a quién apoyar garantizándose continuidad en las prebendas  a que están acostumbrados desde que se convirtieron en un minúsculo partido. Al olfatear hacia dónde se dirigen los vientos políticos favorables,  y creer que ya está definido  el sendero de la victoria del PLD, prefieren mantenerse adherido a ese partido en un transfuguismo muy singular, ya que habían coqueteado  con el PRD en aquellos meses que este partido lucía invencible en las elecciones de mayo.

 El espectáculo de los próximos 60 días resultará deprimente  para quienes no están viviendo de la política, al contemplar de como los políticos  buscan por todos los medios no quedarse fuera del pastel gubernamental, y más ahora que el ejemplo de lo que han hecho los pertenecientes al partido gobernante, estimula  a que más personas  empujen para no quedarse fuera de tan suculento manjar y esperar arrebatar lo que más se pueda de los recursos públicos, que supuestamente  deberían ser para el bienestar colectivo.

 El transfuguismo es parte social de la vida dominicana, ya que es a través del mismo que mucha gente asalta  los recursos  del Estado,  se apoderan de los mismos para cambiar de situación, y con descaro exhibir sus bonanzas tan pronto alcanzan sus sueños de disfrutar de ciertas posiciones  que le permitan imitar  a sus antecesores  que han disfrutado de las delicias del poder.

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