El transfuguismo

El transfuguismo

En estos momentos en que miles de aspirantes se encuentran inmersos en una feroz campaña política con miras a que sus respectivos partidos políticos los elijan para  -de obtener el favor de los votantes- convertirse en sus representantes ante el Congreso (senadores y diputados); o en los Municipios (síndicos y regidores), se ha puesto de moda el transfuguismo de aquellos militantes que no están conformes con las selecciones de candidatos hechas por sus respectivos órganos de dirección, al considerarse ellos los merecedores de tal designación.

El diccionario de la Real Academia Española (DRAE), define el “transfuguismo” de la manera siguiente: “m. Especialmente en la vida política, actitud y comportamiento de quién se convierte en tránsfuga”.  A su vez, define a “tránsfuga. (Del lat. tránsfuga). com. Persona que pasa de una ideología o colectividad a otra. //2. Persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato. //3. Militar que cambia de bando en tiempo de conflicto”.

Como podrán notar los dilectos lectores, estas dos definiciones les vienen como anillo al dedo a una serie de politicastros que en nuestro medio de politiqueo, sólo ven las ventajas personales que pueden obtener de un cargo que lo catapulta a otro estrato dentro de la sociedad y que de no haber sido por esta selección dentro de su partido, nunca hubiese alcanzado por méritos propios. Sin embargo, utiliza además el chantaje y se convierte en camaleón “al cambiar de color según las condiciones con la habilidad también de cambiar de actitud y conducta, adoptando en cada caso la más ventajosa”.  Cualquier parecido a nuestros “enganchados a políticos” es pura coincidencia.  

Tenemos entendido que dentro del anteproyecto de la Ley de los Partidos Políticos, actualmente durmiendo una prolongada siesta por no decir sueño en nuestras Cámaras Legislativas, el transfuguismo es severamente penalizado.  Entendemos entonces el porqué está ley, que le pondrá coto a los desmanes y gastos desmesurados de los partidos en las campañas electorales no se ha votado para que el Poder Ejecutivo la promulgue.  Creemos en consecuencia, que será después que pase la presente campaña política que la misma será finalmente remitida para su puesta en vigor por el señor Presidente de la República.

La Junta Central Electoral (JCE) no ha podido controlar los desmanes que cometen los partidos políticos reconocidos, al dilapidar cientos de millones de pesos en materiales que después serán arrojados a la basura.  Esto llora ante la presencia de Dios en un país en donde a los partidos políticos le otorgan una asignación para campaña superior a los útiles y medicinas que le surten a las clínicas y hospitales públicos.  El problema no es fácil solucionar, ya que son los mismos políticos los que son también responsables de elaborar el presupuesto de la nación y por supuesto, otorgarle un 4% para educación, es un grave atentado al manejo “por la izquierda” de los recursos del Estado.  “Barrilito” ¡Cuántos barbaridades y tropelías se cometen en tu nombre!

Lamentamos profundamente el deceso de nuestro buen amigo y colaborador de este matutino Blas Jiménez.  Por estar en el interior no pude acompañar a Dulce y sus hijos en su despedida final hacia lo ignoto, como hubiese sido nuestro deseo.  Paz a sus restos. 

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