El tranvía de Santiago

<p>El tranvía de Santiago</p>

UBI RIVAS
El síndico de Santiago de los Caballeros, José Enrique Sued Sem, planea la construcción de un tranvía para la Ciudad Corazón, que no es una de las tres prioridades ni tampoco debe el munícipe santiaguense contribuir en un solo centavo para el propósito.

Las tres principales prioridades de Santiago de los Caballeros son en primer lugar la construcción del relleno sanitario de Rafey, causa de innúmeras afecciones respiratorias, y que no se ha construido porque Sued Sem acusa al presidente Leonel Fernández de no autorizar el financiamiento crediticio condigno mediante el Banreservas.

Pero ese financiamiento no solo es el Banreservas quien puede concretizarlo, sino otros bancos comerciales.

La segunda prioridad de Santiago de los Caballeros consiste en sanear el paso por la segunda urbe del país del ex-río Yaque del Norte, conminando a las industrias que vierten enormes cantidades de químicos en su lecho y también disponer una permanente vigilancia para que munícipes desaprensivos no viertan en su angosto y moribundo cauce desperdicios sólidos y controlar el desague de aguas negras y otras inmundicias.

La tercera prioridad de Santiago de los Caballeros consiste en desarrabalizar las calles Del Sol, 30 de Marzo y San Luis, las tres principales del casco histórico de la ciudad eje de la Restauración de la República.

Es el tránsito la cuarta prioridad de Santiago de los Caballeros, pero puede corregirse sobremanera con medidas de ordenamiento vial, prohibiendo los estacionamientos en las vías más congestionadas.

Un tranvía en Santiago de los Caballeros obligatoriamente tendría que ser por arriba, o a cielo abierto, como el de San Francisco de California, atendiendo no solamente a la cronología histórica sísmica del Cibao, su proximidad con la fosa de la Bahía Escocesa, sino a su suelo de estructura floja y porosa, diferente al de la ciudad de Santiago, que es pura roca.

Conforme a una exposición a manera de memoria, que conservo, de obras ejecutadas por José Enrique, resulta sin discusiones el alcalde que mayores infraestructuras en número ha aportado a su ciudad en todos los tiempos, y ese es un palmarés que no solamente los santiguenses reconocen, sino también el país y los medios de comunicación.

Esa foja de servicios que quedarán indelebles en la memoria de los santiaguenses, José Enrique no puede chamuscarla incorporándolos a construir el tranvía, sino endosarla por concesión, de manera que cuando se recupere la inversión más los intereses, la obra finalice propiedad de la ciudad.

Tampoco José Enrique debe proseguir con el tono alto de confrontación con el presidente Fernández, porque pocos han obtenido resultados positivos enfrentando al gobernante de turno, sino siendo inteligente para uncirlo a sus propósitos comunitarios.

El presidente Fernández, a propósito, en una actitud salomónica, despojó tanto al cabildo santiaguense como al gobernador provincial de administrar el monumento a los héroes de la Restauración y lo endosó a la Secretaría de Cultura, de manera que José Enrique no tiene facultad para arbitrarlo, un problema menos que debe por vía de consecuencia, agradecer.

En lo profundo del tiempo me vinculan nexos muy apreciados con la familia Sued Sem y con muchos Sued, José Enrique lo sabe, como también debe saber y entender que todo cuanto le expresó aquí es producto en parte de ese sentir, del sentir santiaguense que soy y de su éxito acrecentado como el mejor alcalde de todos los tiempos de la ciudad que me vio nacer y que amo entrañablemente.

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