El trasfondo del enfrentamiento Macron-Erdogan

El trasfondo del enfrentamiento Macron-Erdogan

Alfredo de la Cruz

Hace unas semanas en Francia todos asumieron la expresión #JeSuisProf en solidaridad por el asesinato del profesor Samuel Paty, por un islamista radical, tras este haber exhibido en una clase que impartía, caricaturas del profeta Mahoma. Luego han ocurrido una serie de ataques que parecieran mostrar que los atentados han regresado con inusitada intensidad a Francia. En este análisis pretendemos aproximarnos a las particularidades de estos atentados y las actitudes asumidas por los presidentes de Francia Emmanuel Macron y de Turquía Recep Tayyip Erdogan. 

CUANDO LA POLÍTICA INTERNA INTERFIERE CON LA EXTERIOR 

Con la decapitación en las cercanías de Paris, Francia del profesor Samuel Paty que impartió una clase sobre libertad de expresión mostrando las caricaturas del profeta Mahoma que había publicado el semanario satírico Charlie Hebdo y que motivó la masacre perpetrada por islamistas radicalizados contra personal del medio en su sede el 7 de enero de 2015, se ha iniciado una sucesión de ataques en territorio francés que ha despertado manifestaciones de solidaridad y llamamientos en defensa de la libertad de expresión. 

Luego de este atentado, el presidente de Francia Emmanuel Macron dirigió un discurso sobre el respeto a la libertad de expresión, en el homenaje que se le rindió al profesor en la Universidad de la Sorbona, allí reivindicó el derecho a publicar las caricaturas, a pesar de conocerse que muchos musulmanes lo consideran ofensivo. A esto siguió la ola de críticas de países con mayoría musulmana encabezados por el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan contra Macron, quien incluso llamó a boicotear los productos franceses.  

A estas acciones les siguieron otros atentados, como el de Aviñón, perpetrado por un lobo solitario que logró herir a varias personas antes de terminar abatido; también el de la Catedral de Niza, al sur de Francia, donde un hombre con cuchillo asesinó a tres de los fieles, siendo luego neutralizado por la policía. Concomitante a estos hechos, a miles de kilómetros en Yeda, ciudad de Arabia Saudita, un hombre era detenido luego de apuñalar a un agente de seguridad en el consulado de Francia en aquella ciudad. 

Sin embargo, la novedad aquí no es en sí, la ola de ataques sanguinarios por la publicación y/o exposición de caricaturas o viñetas sobre personajes del islam, pues hace tiempo se producen ataques similares perpetrados por islamistas radicalizados en Francia u otros países de Europa. Lo novedoso es que en la secuencia de hechos aparece el presidente Erdogan arremetiendo contra el presidente Macron y más aún su llamamiento a un boicot a los productos franceses, al que se sumaron Bangladés, Kuwait, Libia, Jordania, Malí, Pakistán y Qatar. Otros como Irán, Indonesia, Marruecos, Mauritania y Túnez, se adhirieron al repudio contra el presidente Macron. 

El presidente Macron ha estado hablando para los franceses, pero él debe tener presente que en lo que respecta a la política interna de Francia debería evitar encender conflictos con otros países, al dar motivos para generar estos tipos de enfrentamientos que dan lugar a malas interpretaciones de tales declaraciones. El contraterrorismo y las reacciones asociadas que produce, muchas veces por manipulaciones, en temas como la islamofobia (inaceptable en pleno siglo XXI) puede elevar la percepción de favorabilidad de su gobierno, pero eso es relativo, pues potenciales medidas a tomar más adelante, respecto de temas que podrían golpear a su gobierno, como, por ejemplo, un segundo brote de la pandemia del COVID-19, enfermedad ocasionada por el SARS-CoV-2, podría tumbar los márgenes ganados, lo cual deja ver la fragilidad de estas estrategias erráticas.  

Entonces, con la construcción de una amplia aceptación mutua, a través del respeto por las diferencias culturales y las creencias religiosas, Francia y toda Europa deben visibilizar a una gran comunidad compuesta por millones de musulmanes que conviven juntos, día tras día.  

EL DEBATE SOBRE LA INTERPRETACIÓN DE LIBERTAD E IGUALDAD       

Es importante establecer algunos conceptos en función de las singularidades culturales, para entender el disenso entre Ankara y Paris en este momento. Francia parte de una separación muy estricta entre política y religión, pero en el mundo musulmán no existe tal separación porque el concepto de la religión es mucho más amplio, por tanto, abarca más cosas y eso está incardinado en la cultura.  

Quiero aclarar que no estamos ni podemos hablar de choque de civilizaciones como presagió Samuel Phillips Huntington cuando especuló que las líneas divisorias entre civilizaciones serían los futuros frentes de batalla. Rechazamos eso. Si creemos en cambio que, existen percepciones distintas que tienen que ver con un debate más amplio como la interpretación entre libertad e igualdad, el respeto a la visión del otro, a su creencia. Es decir, dos visiones diferentes del liberalismo, no un debate entre civilización y barbarie. Cuando contaminamos este debate con fines políticos nacionalistas, se dan estas reacciones que hemos observado estos días.   

EL TRASFONDO DEL ENFRENTAMIENTO MACRON-ERDOGAN 

El presidente Erdogan está en un momento importante en su trayectoria al frente del gobierno de Turquía, donde sus aspiraciones que, podrían ser entendida en occidente como de expansión política, en términos geopolíticos, lo llevan a poner en movimiento sus fichas estratégicas. Para los turcos, Erdogan encarna el liderazgo que Turquía necesita, el que lucha contra quienes quieren dividir y destruir a la nación, el que ha dado voz y garantía de progreso a nuevos segmentos de la población.  

Antes las embestidas externas, la articulación entre la política nacional interior y la exterior ha llevado al gobierno turco a apoyar y reforzar a sus aliados en el plano internacional, lo que podría ayudar a explicar la presencia en Libia, Siria y en la crisis actual en el Cáucaso (Azerbaiyán). Sin dejar de considerar las exploraciones, para garantía de su seguridad energética, de gas en el Mediterráneo oriental. 

Con su estrategia el presidente Erdogan se enfrenta a una Unión Europea convertida en rival geopolítico debido a que en Libia y en Siria, la Francia de Macron es un gran rival geopolítico. Por igual, en el diferendo sobre el Mediterráneo oriental que enfrenta a Turquía con Grecia, se puso al lado de esta última.

Entonces, en el enfrentamiento Macron-Erdogan lo que podría haber de trasfondo es esta contienda geopolítica generada por la estrategia turca que puede generar consecuencias diplomáticas graves, al contraponerse con los intereses franceses, considerando que la Unión Europea es dependiente de un acuerdo muy importante sobre refugiados con Turquía.  

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