El trastorno alimenticio compulsivo

<p>El trastorno alimenticio compulsivo</p>

POR SARAH PEREZ B.
Los comedores compulsivos no paran de comer hasta tener una desagradable sensación de saciedad; pero, a diferencia de los que padecen de bulimia, no se provocan el vómito, ni toman laxantes o diuréticos, por lo cual ganan peso con mayor rapidez.

El doctor Harrison Pope, de la Escuela Médica de la Universidad de Harvard, en Boston, asegura que este trastorno es mucho más difícil de tratar que la anorexia y la bulimia y requiere no solo de la intervencin de un  nutricionista, sino de un equipo de profesionales (psicólogos o psiquiatras) para ayudar a sobrellevar la situación.

De acuerdo a una investigación publicada por la American Journal of Psychiatry, el tiempo promedio de duración de esta perturbación (en con tratamientos integradores para lograr la recuperación) es de 14 años; mientras que la bulimia y la anorexia pueden vencerse en menos de la mitad de ese tiempo.

Además de la voracidad al comer, dos de los principales síntomas de este descontrol nutricional son la preocupación por el aumento de peso y la sensación de disgusto que sobreviene luego de haberse consumido tanta comida, lo que en muchos casos  provoca depresión, problemas gastrointestinales, cardiovasculares, de la vesícula, hipertensión, colesterol alto o diabetes.

La licenciada Claudia Fernández, jefa del Servicio de Nutrición del Instituto de Cardiología, de Corrientes, en Argentina, explica que los comedores compulsivos inician con frecuencia una dieta pero la rompen al poco tiempo y  la angustia que les produce su descontrol ante la comida los lleva a nuevos episodios de gula como forma de compensarse.

Pero, aclara, que porque una persona cometa, de vez en cuando,  un exceso en la deglución de comida, no es un motivo para calificarlo como un comedor compulsivo.

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