El triángulo afgano

El triángulo afgano

POR DAVID ROHDE 
En alguna parte de la frontera afgano-paquistaní, la dirigencia talibana y sus aliados de Al-Qaeda deben estar satisfechos.

Cuando los líderes de Pakistán y Afganistán visitaron Estados Unidos la semana pasada, se metieron en una discusión horrible en público sobre quien es responsable del resurgimiento del talibán que ha matado a cientos de afganos este año y ha hecho tambalearse la confianza en el nuevo gobierno de Afganistán.

Ahí estaba Hamid Karzai de Afganistán acusando a Pervez Musharraf de Pakistán de no haber tomado medidas enérgicas contra el talibán. Musharraf regresó el golpe diciendo que Karzai se comportaba como “una avestruz” y no prestaba atención a los problemas en su propio territorio. Finalmente, el presidente Bush ofreció una cena poco común en la Casa Blanca para los dos tratando de aliviar las tensiones y promover un frente unido contra el talibán.

“Tenemos que enfrentar muchos retos”, dijo Bush mientras ambos líderes estaban parados junto a él. “Todos nosotros debemos proteger nuestros países, pero, al mismo tiempo, debemos trabajar para hacer del mundo un lugar más prometedor”.

El pleito público entre los dos líderes aumenta la de por sí creciente presión que tiene el gobierno de Bush para tratar las críticas contra la campaña liderada por Estados Unidos para estabilizar Afganistán, que hasta hace unos meses se percibía con un contraste luminoso respecto a los problemas en Irak. Miembros del Congreso, ex funcionarios gubernamentales y expertos argumentan que con sus errores, Estados Unidos y sus aliados desperdiciaron desde un inicio una oportunidad de llevar orden a Afganistán para que pudiera ser reconstruido en forma más completa. La estabilización del país sigue siendo posible, dicen, pero ahora va a ser muchísimo más difícil.

“Pienso que la misión sigue siendo factible”, dijo James Dobbins, un ex enviado especial del gobierno de Bush a Afganistán. “Pero va a ser una misión más prolongada, más difícil y más costosa en virtud del hecho de que no aprovechamos las oportunidades”. 

Pero, ¿qué se puede hacer?

El asunto no sólo es una cuestión de niveles de tropas estadounidenses, dicen funcionarios afganos y expertos estadounidenses. O de caudillos afganos, alguna vez tan poderosos. Hay tres problemas críticos hoy en día: la debilidad de las fuerzas de seguridad afganas, un comercio de opio rampante, y acusaciones de que funcionarios paquistaníes se hacen de la vista gorda en cuanto a las actividades de los talibanes en su territorio.

Estos tres problemas están envueltos en un cuarto: un escepticismo que permea lentamente entre los afganos y paquistaníes en cuanto a la seriedad del compromiso de los estadounidenses y de la OTAN para quedarse en Afganistán. Entre más parece que los estadounidenses se irán, más difícil es obtener la cooperación de los aldeanos en contra del talibán. Los campesinos están cada vez menos dispuestos a dejar sus cosechas de opio que les reditúan ganancias. Y, quizá lo más importante, los paquistaníes esperan el día en el que sus viejos aliados los talibanes puedan de nuevo ser sus apoderados para contrarrestar la influencia india en Afganistán.

Los funcionarios estadounidenses descartan tales escenarios extremos. Dicen que el esfuerzo estadounidense en Afganistán ha sido y sigue siendo un éxito. La violencia actual, sostienen, es resultado de una acción de las tropas de la OTAN y de un gobierno afgano cada vez más fuerte para extender su autoridad a áreas remotas que han usado como refugios los combatientes talibanes y los narcotraficantes. Los ataques talibanes se centran principalmente en el sur del país, dicen, y serán derrotados.

“En los últimos meses, los talibanes y otros extremistas han tratado de volver a obtener el control, en mayor medida en el sur de Afganistán”, dijo Bush el martes en una conferencia de prensa junto con Karzai en la Casa Blanca. “Hemos ajustado las tácticas y estamos a la ofensiva para hacerle frente a la amenaza y derrotarla”.

Sin embargo, varios miembros del Congreso y expertos estadounidenses en Afganistán dijeron que Estados Unidos necesita manifestar un gesto grandioso como duplicar la asistencia estadounidense para la reconstrucción. En el último año, señalan, Estados Unidos recortó la ayuda a Afganistán en 30 por ciento y entregó la seguridad en el sur de Afganistán a las tropas de la OTAN.

Se necesita “algo drástico”, dijo Barnett Rubin, un catedrático de la Universidad de Nueva York y experto en Afganistán. “Para convencer a la gente de que realmente somos serios al respecto. Que realmente estamos comprometidos”. La policía del país presenta tal oportunidad, mencionó el propio Karzai. En una reunión con reporteros y editores el 21 de septiembre en The New York Times, dijo que no haber creado una fuerza policial afgana profesional fue un error central de los primeros días posteriores al período talibán. Dijo que aún se debe ampliar el entrenamiento de la policía.

“Nos gustaría que Estados Unidos y nuestros aliados nos dieran muchísimo más apoyo para el entrenamiento de la policía”, dijo. “Donde fallamos fue en no habernos centrado a tiempo en tener una fuerza policial”.

En 2001, los 80,000 policías afganos eran una mezcolanza mal equipada, entrenada por los soviéticos, veteranos de la yihad antisoviética y gatilleros leales a caudillos locales. Setenta por ciento era analfabeto.

En 2002, Estados Unidos prometió entrenar un nuevo ejército afgano y Alemania, volver a entrenar la policía del país. Sin embargo, funcionarios alemanes sólo enviaron 40 instructores y se centraron en desarrollar un cuerpo base de 3,500 comandantes capacitados en una academia de policía que se reabrió. Algunas unidades militares extranjeras llevaron a cabo cursos breves de entrenamiento en las afueras de Kabul. Sin embargo, las decenas de miles de policías en las afueras de Kabul no recibieron un entrenamiento sistemático sino hasta 2004, cuando Estados Unidos abrió centros regionales de entrenamiento.

El cultivo del opio, ahora en expansión, es otro tema delicado. El mes pasado, las Naciones Unidas anunciaron una cosecha récord de 6,100 toneladas métricas, 50 por ciento más alta que la producción de 2005. Afganistán produce ahora 92 por ciento de la amapola o materia prima para la heroína del mundo. Y en algunas partes del sur de Afganistán, dicen funcionarios estadounidenses, los narcotraficantes se han aliado con los talibanes.

Un defensor de una campaña contra el opio que se ha intensificado considerablemente es el senador demócrata por Nueva York Charles Schumer, quien este verano presentó una enmienda que requeriría 700 millones de dólares para un financiamiento adicional para el Departamento de Defensa a fin de erradicar los narcóticos en Afganistán. El Senado, controlado por los republicanos, aprobó la medida. Sin embargo, cuando la iniciativa de ley llegó a un comité de conferencia, la cantidad fue reducida a 116 millones de dólares para todo el centro de Asia, según Schumer. “No se puede ganar una de estas guerras con sólo prestar atención al lado militar”, dijo el senador el viernes. “Al parecer, no entienden eso”. También ha llamado a aumentar la ayuda para la reconstrucción en Afganistán.

No obstante, más allá de estos problemas conocidos, persisten preguntas sobre Pakistán y los talibanes, que se agudizan por la sensación de que Estados Unidos podría finalmente abandonar Afganistán, como lo hizo cuando sacaron a los soviéticos en los años de 1980.

Seth Jones, quien analiza la situación en Afganistán en la RAND Corporation, dijo que Estados Unidos debe reorganizar su enfoque hacia Pakistán mientras trabaja para contrarrestar una campaña propagandística talibana cada vez más exitosa en la que presenta a Estados Unidos queriendo erradicar el islam de Afganistán.

Jones y otros analistas dijeron que Pakistán permite que los talibanes continúen operando en su territorio porque los ve como una herramienta útil para contrarrestar la creciente influencia de su archirrival India en Afganistán. Pakistán apoyó a los talibanes en los años de 1990 en su guerra civil contra la Alianza del Norte, apoyada por India, Rusia e Irán. Después de que los talibanes se vieron forzados a salir, fue esa misma Alianza la que tomó el poder en Kabul. Ahora, con el cuestionamiento al compromiso estadounidense con Afganistán, está empezando a tomar forma ese mismo tipo de versión de una guerra por poder.

Los analistas argumentan que aún es posible estabilizar Afganistán, pero que requeriría un compromiso estadounidense a largo plazo para reconstruir el país. También requeriría la intensificación de la diplomacia estadounidense en la región, dicen.

Christine Fair, una analista del United States Institute of Peace, un instituto de investigación financiado por el gobierno, con sede en Washington, sugiere que una campaña diplomática estadounidense para aliviar las tensiones entre India y Pakistán también podría ser una clave para estabilizar Afganistán. “Lo que necesitamos”, dijo, “es una gran oferta. Se tiene que tener el panorama regional”. 

Pero falta tiempo 

Hay indicios de que se podría estar perdiendo apoyo público para un papel a largo plazo de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán, tanto en el país como en Europa. Las solicitudes recientes de comandantes de la OTAN para que Alemania y otros países eliminen las restricciones al envío de sus tropas al sur inestable de Afganistán han caído en oídos sordos. Los países también han sido lentos para responder a los llamados de proporcionar tropas adicionales de la OTAN.

Una encuesta de opinión efectuada por CNN la semana pasada también mostró un incremento en el escepticismo entre el público estadounidense. Cuando se preguntó: “Se opone o está a favor de la guerra estadounidense en Afganistán”, 50 por ciento expresó estar a favor y 48 por ciento, en contra.

Ello marca un descenso respecto a los días vertiginosos de 2001 y 2002, justo después de que la Alianza del Norte había derrocado a los talibanes con la ayuda de unas cuantas tropas estadounidenses. En ese entonces, apoyaba 80 a 90 por ciento de los estadounidenses.

Al parecer, está funcionando la estrategia talibana.

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