El triunfo de Hipólito y del PRD

El triunfo de Hipólito y del PRD

Es prácticamente unánime la valoración a la manera en que discurrió el proceso de votación en la Convención del PRD recién terminada, igualmente la definitiva y convincente victoria obtenida por Hipólito Mejía en ese proceso. Más que una victoria de este último, ha sido una victoria de ese partido, por lo que el intento de desconocer estos hechos de parte de Miguel Vargas con alegatos inconsistentes y mal fundados  está condenado al fracaso.

Vargas y círculo cometieron  muchos errores: la asunción de la presidencia del partido para concentrar bajo su mando toda la estructura organizativa lo llevó a agenciarse dos secretarías claves, la de organización y la general, lo cual lo llevó al enfrentamiento con los dos dirigentes que aspiraban a estas, ambos con significativa ascendencia en las bases, darle preeminencia a advenedizos al partido, uno de ellos, confeso balaguerista, como  vocero suyo y  subvalorar la figura de Mejía, sobrevalorando  su propio liderazgo.

Durante el proceso de selección de los candidatos a los puestos congresuales y municipales, desconoció la victoria de gente que ganó en buena lid  el proceso de convención, impuso de dedo a varios candidatos, solidificando  una estructura partidaria con muchos dirigentes carentes de legitimidad  en las bases, las cuales fueron tomadas por el proyecto de Mejía. Con esa estructura organizativa con muchos dirigentes “inorgánicos” fue a dar una batalla que de partida la creía ganada.

Terminando la campaña, cometió el error de hacer una guerra de encuestas sin tener ninguna con credibilidad, que lo llevó al acto poco ético y político de utilizar encuestas fuera de fechas y permitió que uno de sus seguidores se inventase que Mejía era el candidato preferido del gobierno, al tiempo que proyectaba escenarios de guerra sucia que eventualmente se utilizaría contra Mejía que, objetivamente, era una campaña sucia contra este.

Era evidente que estos actos eran indicadores de que su grupo sabía de su inminente derrota y que preparaba el escenario para justificarla. De ahí su inconsistente argumento en que basa su desconocimiento de unos resultados de la votación en la Convención, aceptados como válidos por su Comisión organizadora.

Este este hecho constituyó la culminación del rosario  de errores que determinaron el clamoroso fracaso de Vargas, pues desconoció los elementales pasos que preceden un acto de impugnación electoral, el cual comienza en las mesas de votación, da un número de supuestos votantes del PLD sin prueba alguna que lo avale  y hace un llamado de convocatoria a la comisión política sin tener la actual investidura para hacerlo.

Finalmente, no se da cuenta que este proceso de Convención ha revitalizado su partido, imprimiéndole una subjetividad a su militancia, que unida a los graves problemas del gobierno, proyectan esa organización con claras perspectivas de éxito en las elecciones del 2012. Por lo cual, más que de Hipólito, este ha sido un triunfo del PRD al que no  va renunciar su militancia, incluyendo a muchos cercanos seguidores de Miguel Vargas, de los cuales la mayoría no lo acompañará en una aventura nociva y sin perspectiva.

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