El tronar de los púlpitos

El tronar de los púlpitos

Sobresalientes voces cristianas se hicieron sentir en el inicio de año con un inventario de preocupaciones sobre la corrupción de oficialistas y particulares, la inseguridad, las ambiciones políticas desmedidas y la pérdida de valores sin que estuviera ausente la objeción total al aborto, colocado en una controversia que desde un ángulo no religioso es defendido en tres causales como legítimo derecho de la mujer sobre su cuerpo y ante los cuales ha faltado una decisión responsable de los hacedores de leyes y políticas. Se trató de sermones no alejados críticamente de lo sostenido desde otras tribunas que reclaman soluciones a acuciantes males que perduran y que en diversa magnitud serían comunes a naciones, lo que no excusaría el postergar medidas para conjurarlos.

En ello estribaría el efecto pretendido por estos mentores espirituales: impulsar desde gobernantes (principalmente) y gobernados una ofensiva real con voluntad y hechos contra las conductas de enriquecimiento indigno, negación de justicia a la totalidad de los humanos, desatención a necesidades colectivas o dañinas a recursos naturales imprescindibles como asiento perenne de la República. El tronar de los púlpitos expresa inconformidad; es campanazo para quienes enfocan el rumbo nacional con una visión incompleta, como si el país marchara cabalmente hacia metas seguras y que en sus enfoques no incluyen la severidad de los retos y dilemas.

Una subida a grandes ligas

República Dominicana está bien parada en el ámbito internacional; amistosa y pragmática en su trato con supremacías que gravitan sobre muchas naciones que tienden a los alineamientos. Confiable por su moderación y diplomacia realista al suscribir compromisos de multilateralidad o conveniencia regional; cauta para no ofender a otros gobiernos “en respeto a los asuntos internos” aunque algunos vecinos lleguen a veces a la crueldad contra sus propios pueblos.
Los Estados que predican neutralidad tienen su mérito como facilitadores de entendimientos en nombre de la unión y la paz. En muestra de confianza, el País encontró abierta la puerta para el ingreso sin precedente como miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que de inmediato presidirá por un mes para orgullo y satisfacción de todos los dominicanos.

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