El turismo crece,pero pierde competitividad

El turismo crece,pero pierde competitividad

POR CARMEN CARVAJAL
El destino turístico dominicano ha crecido sostenidamente durante los últimos años, pero ha perdido competitividad frente a sus principales competidores, que crecen más aceleradamente, lo que demuestra que el país está dejando de ser atractivo para los inversionistas.

Luis López, nuevo presidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (Asonahores), destacó la importancia del sector para la República Dominicana y elogió las medidas tomadas por el gobierno a favor del desarrollo turístico, tales como construcción y reconstrucción de infraestructuras e importantes inversiones en promoción y publicidad.

Sin embargo, se refirió a las dificultades que restan competitividad al sector, entre las que citó lo que denominó déficit en los servicios que se ha ido acumulando en los últimos 25 años, la falta de un ordenamiento territorial y la carga fiscal.

López, junto a los miembros de la nueva directiva de Asonahores, juró el cargo durante un encuentro efectuado esta semana.

López, presidente también de la cadena Amhsa Marina Hotel y Resorts, sugirió cambios en los programas de educación secundaria en las zonas turísticas y mejorar el catastro nacional y la jurisdicción de tierra, para hacer más atractiva la inversión.

Con relación al déficit de infraestructuras en las zonas turísticas, sugirió al gobierno que lo supla con inversión privada, para lo cual sería necesaria una ley de concesiones.

 También urgió a la creación de un fideicomiso, con participación mixta del gobierno y el sector privado, para administrar los recursos especializados en la promoción y las infraestructuras.

Recordó que este fideicomiso, como ente autónomo, ha sido uno de los factores decisivos para el crecimiento del turismo en la Rivera Maya, principal competidor dominicano.

En cuanto a la falta de un ordenamiento territorial, dijo que estimula la arrabalización y crea incertidumbre sobre la situación de futuras inversiones.

“Una planificación del uso del suelo, institucionalmente firme, se convertiría en factor de ordenamiento, contribuirá al desarrollo sostenible y es un importante atractivo para nuevos capitales”, dijo. Además, manifestó que tiene la ventaja de que al indicar de manera precisa lo que se puede o no se puede hacer, evita las confrontaciones y acelera los procesos, lo que incide en los costos iniciales de los proyectos.

Entiende que el destino dominicano no puede competir sin calidad de producto que se expresa en buenos recursos humanos formados, buenos servicios, oferta complementaria, componentes culturales, infraestructuras adecuadas, instalaciones apropiadas y servicios públicos.

También, consideró necesaria una definida y potente imagen de marca, publicidad, promoción y relaciones públicas que le dé presencia al país y penetración en los mercados, aunque resaltó los esfuerzos realizados por el gobierno en este último aspecto.

Sin embargo, se quejó del incremento en más de un 50 por ciento, de la presión fiscal y de los costos de los insumos que son, en general, más elevados que en México.

“El círculo de la competitividad no se cierra si no somos un destino que ofrece rentabilidad para las inversiones. Sin rentabilidad no hay negocios, no habrá inversión y terminaremos por perder la oportunidad que nos ofrece el turismo como camino para el desarrollo”, sostuvo López. 

Una vieja preocupación
La pérdida de competitividad dominicana frente a los competidores de la región, especialmente a la Rivera Maya, ha sido expuesta en más de una ocasión por representantes de los hoteleros y otros empresarios del sector.

Incluso, el presidente de la República, Leonel Fernández, se ha reunido en varias ocasiones con directivos de Asonahores, para escuchar sugerencias de cómo enfrentar los problemas que aquejan al turismo dominicano, adoptando una serie de medidas que han redundado en una gran inversión en la mejoría de toda Puerto Plata, y en otras regiones, como las playas de Juan Dolio y Boca Chica, y en una mayor inversión en publicidad.

Respecto a la falta de competencia frente a la Rivera Maya, se había pronunciado el pasado presidente de la entidad, Enrique De Marchena, quien citó las estadísticas del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, para fundamentar su preocupación.

Para ello comparó los resultados obtenidos en los últimos diez años por el destino República Dominicana frente a la Riviera Maya mexicana.

“En el período 1996- 2005, mientras el promedio de crecimiento anual de la oferta de habitaciones en la Riviera Maya fue de un 65%, el de Punta Cana fue de un 18% y el de la industria turística dominicana total de un 7%”.

También dijo que en el período 1996-2005, el crecimiento promedio anual de las llegadas de turistas extranjeros fue de un 44% en la Riviera Maya, en Punta Cana fue de un 24% y el de toda de República Dominicana, de un 9%.

“Esto mismo se puede decir de otra forma: En 1995 la Riviera Maya tenía apenas 1,500 habitaciones y Punta Cana superaba las 8,000, pero 10 años después, en esta región mexicana habían llegado a casi 27,000 habitaciones y Punta Cana estaba en casi 25,000”.

Dijo que mientras los dominicanos con casi 60,000 habitaciones atrajeron el año pasado poco más de 3 millones de turistas, los mexicanos con sus casi 27,000 habitaciones en la Riviera Maya, llevaron a este destino 2.8 millones de turistas.

“Esto quiere decir que ellos están haciendo su tarea y son competitivos y rentables. Nosotros también debemos continuar haciéndola, de la misma forma que hemos construido la industria turística más importante de las islas del Caribe.

No debemos dormirnos en nuestros laureles. Nuestro éxito debe llevarnos a ser mejores, porque la competencia en el mercado turístico mundial es muy fuerte. Competitividad y rentabilidad resumen muy bien la tarea que tenemos por delante”.

 Historial de López 

Luis Rafael López es ingeniero Civil, graduado en la PUCAMAIMA. Como ingeniero se involucró en el turismo construyendo, promocionando y levantando proyectos hoteleros muy reconocidos en todos los polos turísticos importantes.

En 1989 incursiona en el área de administración y mercadeo de hoteles, iniciando en el hotel Casa Marina  Beach y desarrollando una administradora que para el 2000 contaba con 1,400 habitaciones en propiedad y gestión.

Ese año se une a la empresa Amhsa, formando Amhsa Marina Hotels y Resorts, de la cual es presidente ejecutivo.

Es miembro del consejo de directores de la Asociación Popular de Ahorros y Préstamos. Presidió en dos ocasiones la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Sosúa y Cabarete y ha estado en la directiva de Asonahores desde el 1990.

 Está casado con Rosa María Martínez y tiene tres hijos.

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