La República Dominicana es la isla del Caribe con mayor bio diversidad, y con la mayor gama de ecosistemas contrastantes. Desde el pico más alto, el Duarte, hasta el lago más bajo, el Enriquillo; desde la exhuberancia de los valles del Cibao y de San Juan, hasta las áridas tierras de las regiones Suroeste y Noroeste.
En medio del trópico caribeño la parte de la isla que habitamos los dominicanos cuenta con zonas altas, donde en invierno las temperaturas suelen situarse por debajo de cero grados centígrados y áreas geográficas donde nunca baja de los 34 grados centígrados.
Desde las altas cimas de la Cordillera Central a las profundidades del Hoyo de Pelempito, desde la inexplorada naturaleza de Miches, hasta las apetecidas playas de Pedernales, la oferta con que cuenta el país para los amantes de la naturaleza es extraordinaria, y ya muchos comienzan a conocer. Miles de dominicanos y extranjeros salen de sus cómodos hoteles para disfrutar de las maravillas naturales del país.
Mariam Matías, directora del Departamento de Ecoturismo de la Secretaría de Turismo, destaca que si bien el mayor número de turismo que viene al país es de sol y playa, y arriba en paquetes, un segmento de ese mercado busca algo más que ver, ya que tiene otros intereses, y casi siempre prefiere como complemento algo de ecoturismo.
Esto ha generado una oferta complementaria que permite a los huéspedes de hoteles y resorts visitar varios puntos de interés, como Salto del Limón, en Samaná; las islas Saona y Catalina y Cayo Arena, en Luperón, Puerto Plata, y varios parques nacionales.
Una estrategia
Actualmente se trabaja en la ejecución de un Plan Estratégico para el Desarrollo del Ecoturismo, financiado por la Agencia Japonesa de Cooperación, y con la participación de las secretarías de Turismo, la de Medio Ambiente y la de Cultura.
Señala como perspectivas para el desarrollo del ecoturismo en el país la reglamentación y categorización de las empresas del sector, la creación de un programa de certificación de sostenibilidad turística, la construcción de un corredor ecológico en la Cordillera Central, también los programas de desarrabalización de las zonas turísticas, los programas de co-manejos comunitarios y la organización de los clusters.
Algunos de estos puntos ya están en ejecución, como la organización de los cluster, de los cuales ya hay nueve operando, y la categorización y reglamentación de los hoteles.
El plan identificó a más de 40 proyectos potenciales en todo el país.
La ejecución se inició con tres proyectos piloto, el primero de los cuales se desarrolla en el Lago Enriquillo y las áreas aledañas, como Las Barías e Isla Cabritos, y busca integrar a la gente de La Descubierta.
El segundo proyecto piloto de los contenidos en el Plan es el de la Ruta de Padre Nuestro, en Bayahíbe, que lleva algún tiempo operando y que incluso ha recibido reconocimientos.
El tercer proyecto piloto que está en ejecución es una red social con el que se busca dar a todos los demás que surjan la oportunidad de estar en la red de internet, dándose a conocer y presentando sus ofertas. Para ello se trabaja en el diseño de un portal que podría estar activo desde octubre.
La fuerza de la unidad
La modalidad de los clusters en el sector turismo ha demostrado buenos resultados.
En el área del ecoturismo actualmente están operando nueve, los cuales han contado con la asesoría de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Los clusters activos son los de Barahona, Constanza, Jarabacoa, Samaná, Puerto Plata, Pedernales, Romana-Bayahíbe y Santo Domingo.
En cuanto a la categorización de hoteles, en el ecoturismo hay resorts ecoturísticos que están en la montaña, pero cumplen con los estándares de confort adecuados, como Gran Jimenoa y Alto Cerro. Los ecolodge, que están en reservas protegidas, como Villas Pajón, en Valle Nuevo; los ranchos, en los que suele haber mucha actividad, como Rancho Baiguate, y los albergues, baratos y dotados de camarotes.
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Áreas protegidas
Los parques nacionales y demás áreas protegidas son administradas por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que tiene un control estricto sobre los visitantes y las actividades turísticas en ellas. Las estadísticas de esa entidad indican que durante el pasado año 2007 un total de 736,743 personas visitaron las diversas áreas bajo su jurisdicción, figurando en primer lugar de interés el parque de Los Tres Ojos, en Santo Domingo, con más de 120 mil visitantes. En segundo lugar Estero Hondo, en Montecristi, con 66,700. El tercer lugar más visitado fue Río Cumayasa y Cueva de las Maravillas, con 54 mil, e Isla Catalina y las ballenas jorobadas.