El turismo en Santo Domingo y su vecindad (2)

El turismo en Santo Domingo y su vecindad (2)

Indudablemente, que el aprovechamiento turístico de la zona central del país tiene perspectivas inmejorables para consolidar un propósito que atraiga a cientos de visitantes. Ahora lo hacen tímidamente, ya sean traídos desde los resorts del este, o llegan en cruceros de un día de visita, o escasamente llegan norteamericanos y europeos buscando la belleza colonial de la ciudad.

Sin embargo, ahora que se está implementando las siete rutas turísticas de la ciudad, sería conveniente, para sacarle más provecho histórico, incluir otra que ejercería un magnetismo especial, como la “La Ruta de la Revolución de Abril”.

Se diseñaría la Ruta de la Revolución, donde se inició el estallido patriótico, los sitios de los distintos enfrentamientos, las concentraciones de masas, los lugares de las conversaciones para llegar a un acuerdo, el asalto al Palacio, en fin, que en un recorrido de dos o tres horas, con refrigerios incluidos, una parte a pie y otra en autobuses, los visitantes conocerían de primera mano de cómo una población aguerrida intentó imponer su auto determinación.

Así mismo, otra ruta de gran valor histórico, y probablemente rentable, sería la “Ruta de Caamaño” desde que desembarcó en Playa Caracoles en la Bahía de Ocoa, de cómo burló la vigilancia de la Marina de Guerra en 1973, si pernoctó por breve tiempo en Palmar de Ocoa, luego se internó en las montañas de San José de Ocoa, y en pocos días, él y casi todos compañeros, cayeron combatiendo contra fuerzas superiores y decididas a no dejarlos vivos.

Esa ruta de Caamaño podría ser un experimento turístico muy interesante, ya que a casi 40 años de su ocurrencia, permitiría evaluar los hechos con más imparcialidad y sin los apasionamientos ideológicos, que en aquel entonces, dividieron a la familia dominicana.

El recorrido de la ruta caamañista sería en su mayor parte a pie, obligaría a pernoctar en San José de Ocoa, se les proporcionaría buenos refrigerios a los participantes, pero al mismo tiempo que se vive la emoción de conocer la historia, se entra en contacto con la naturaleza, ya que esos parajes son de una belleza sin igual. Ese ambiente contribuiría a reflexionar la conducta de hombres valientes que buscaron lo mejor para su país.

Otra ruta a estudiar para disfrute de los turistas sería la que se iniciaría en el ingenio de Nigua, la Hacienda María para luego subir hasta el Fuerte Resolí, siempre y cuando se repare la carretera, y por otra ruta llegar hasta Cambita y La Colonia, con parada en el acogedor restaurante ubicado en esa ruta, y si alguna vez se repara el camino hasta la presa de Jigüey, arribar a su embalse para disfrutar de paisajes de gran belleza.

Y en el extremo oriental de esa zona turística, casi del tamaño de Puerto Rico, se encuentra Bayaguana, Monte Plata y una porción de Los Haitíses, que tienen atractivos naturales muy llamativos, por sus balnearios en ríos como el Comate, Comatillo, Yabacao o el Socoa con su salto.

 Por igual hay lugares en el río Ozama, en el Isabela y el Haina donde todavía el agua no está totalmente contaminada, que serían oasis para aquellos visitantes, particularmente los dominicanos, que les encanta los baños de ríos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas