El hecho de que la llegada de visitantes en los primeros ocho meses del año haya superado los tres millones, nos augura un excelente año turístico, gracias a los trabajos de promoción, que de manera tímida, se llevan a cabo a nivel mundial. Los efectos se palpan de cómo tantos rusos, sudamericanos y más norteamericanos están llegando a disfrutar de un destino agradable y barato.
No hay dudas que la expansión del turismo, que ha llevado disponer de casi 70 mil habitaciones hoteleras para hospedar ya anualmente más de cuatro millones de visitantes, definen un panorama bien claro de quien es el sostén de la economía y un estimulador del desarrollo, con la importancia de una actividad que tan solo hace unos 30 años no se le veía un porvenir tan promisorio como el actual.
Ya el turismo es el motor del desarrollo nacional. Todas las actividades que sirven al mismo, en particular la agricultura, experimenta un crecimiento sostenido, pese a las quejas permanentes de los productores, que no descuidan su clientela de los hoteles. Cotidianamente se observan decenas de vehículos de carga rumbo a los hoteles del este o del norte, transportando lo que consumen los turistas del campo dominicano.
El turismo, junto con las remesas de los dominicanos ausentes, así como un tímido repunte de las exportaciones, que se incrementarán cuando se inicien las de oro, conforman un trípode sólido, que sostiene una economía.
Ésta ha sido guiada adecuadamente en su aspecto de control de la inflación, tasa de cambio y otras variables macro-económicas, con crecimiento moderado que sorprenden a los técnicos del FMI, que pese a sus regaños, ve con buenos ojos el manejo que las autoridades monetarias han hecho para asegurar la fortaleza económica del país.
Y es el turismo que ha influido en tantas variables de la economía para permitir sortear las amenazas de la crisis mundial, que ha afectado a algunos de los países emisores de turistas de la Unión Europea; sin embargo ha aumentado la llegada de los viajeros de otras naciones, gracias a la promoción que ya se percibe en muchos medios internacionales, pero con timidez, muy diferente a la masiva promoción que llevan a cabo naciones como Colombia, Costa Rica, Perú, algunas de las pequeñas islas del Caribe y México, con todo y su clima de violencia.
Como se decía antes del azúcar, ya el turismo es la espina dorsal de la economía, y cualquier daño o descuido que pudiera sufrir, perjudicaría de mala manera la estabilidad económica del país.
Por tanto, es importante ponerle atención a las deficiencias que existen en los enclaves turísticos, en donde todavía no hay acueductos adecuados, ni plantas de tratamiento de las aguas residuales, y resulta incómodo y peligroso el transitar desde La Romana a Higüey y Bávaro.
Esa incomodidad de tránsito en el Este ya está en vía de resolverse a corto plazo, por lo adelantada que está la construcción de la Autopista del Coral, que avanza a pasos agigantados, para eliminar el vía crucis de verse encerrado en las estrechas calles de La Otra Banda o de Higüey, y que sin la adecuada señalización, provoca extravíos a los viajeros extranjeros, y hasta locales, poco acostumbrados a transitar por carreteras y calles mal señalizadas.