El último mohicano

El último mohicano

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Apenas a 75 minutos después de este 30 de mayo 2016, algunos afirman que fue el mismo día 30, falleció a los 95 años de edad Antonio Imbert Barrera, el último sobreviviente de los magnicidas que puso fin a la vida del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo la noche luminosa del 30-05-1961 en una homérica odisea donde solo cabían los valientes in extremis.
Es el momento para ejercitar un arqueo relacionado con el accionar público del último sobreviviente de la gesta inmortal e invaluable del magnicidio que eliminó al déspota, no así la totalidad de sus deleznables métodos para avasallar.
Todos los hombres tenemos un anverso y un reverso, positivo y negativo, cara y cruz, luces y sombras en el trayecto que llamamos vida hasta rendirla como un designio natural inesquivable hasta morir, y en Antonio Imbert Barrera, ni en nadie, podría ser excepción, sino regla.
En Antonio Imbert Barrera, designado por decreto general y él creyó a fondo que lo era, la referencia luminosa de su vida consistió en enfrentar cuerpo a cuerpo a un anciano dictador de 69 años, emboscado con fiereza determinativa de eliminarlo, obedeciendo a un plan de la CIA norteamericana que decidió matar a Trujillo porque se negó a rescindir el poder.
Antonio Imbert Barrera conspiró para derrocar al gobierno democrático del presidente Juan Bosch, y presidió un gobierno de facto apoyado por Estados Unidos llamado Gobierno de Concentración Nacional que la OEA, súcubo del imperio, calificó de genocida, que poseo.
Siendo gobernador de Puerto Plata en l940 ofreció a Trujillo quemar la ciudad si lo ordenaba, y luego del atentado contra su vida el 2l-03-1967 por sicarios encabezados por el coronel EN Ojeda Valenzuela, alias Campeche, visitó todos los domingos al presidente Joaquín Balaguer.

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