El pasado miércoles 10, la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos publicó las cifras sobre la inflación en términos interanuales correspondientes al mes de marzo de 2024. Esta se situó en 3.5%, un 0.4% más alta que en el mes de febrero. Los componentes que contribuyeron en mayor medida al alza de los precios en el mes de marzo fueron los siguientes artículos o servicios: seguro de autos (+22%), reparaciones de autos (+12%), fórmulas para bebés (+10%), servicios de veterinarios (+10%), alquiler (+5.9%), electricidad (+5%), restaurantes (+4.2%) y la gasolina (+1.3%).
El pasado mes de noviembre, en un artículo, advertimos que resultaba muy extemporáneo cantar victoria sobre los datos de inflación debido al riesgo geopolítico imperante en el escenario, que de cierta forma podría descarrilar el objetivo de la Reserva Federal de llevar la inflación al rango meta establecido en su programa monetario. El comportamiento de la inflación en lo que va de 2024 nos ha dado la razón, ya que el aumento de los precios del crudo y su impacto transversal en la economía han jugado una mala jugada a las autoridades de la Reserva Federal en su intención de realizar varios recortes de tasas este año. Dichos recortes se ven muy difíciles, ya que están expuestos al comportamiento de la inflación en los próximos meses.
La inflación en el componente de alquiler del IPC continúa cayendo, pero probablemente tardará más de un año en tocar fondo. Las cifras de inflación más recientes dificultarán que la Reserva Federal comience a reducir las tasas de interés en cualquiera de sus próximas tres reuniones. Sin embargo, hasta hace poco, el componente de alquileres del IPC había desempeñado un papel enorme en el impulso de la inflación. Esta vez, el componente de alquiler fue ligeramente superior a lo previsto, por lo que nuestro pronóstico para la trayectoria del componente de alquiler del IPC apenas cambió. Esperamos que el componente de alquiler del IPC siga disminuyendo, reflejando el hecho de que los alquileres de nuevos arrendamientos apenas han aumentado en el último año, mientras que los nuevos arrendamientos con alquileres mucho mayores, la inflación está retrocediendo cada vez más que en el pasado. Sin embargo, la caída del componente de alquiler será lenta. Esperamos tocar fondo alrededor de julio de 2025, dentro de cinco trimestres aproximadamente y un poco más tarde de lo que otros analistas parecen creer.
Otro elemento a considerar por parte de la Reserva Federal en su lucha por bajar la inflación es su tipo de interés neutral. El afamado economista Larry Summers ha estado sugiriendo que R*, el tipo neutral de la Reserva Federal es en realidad más alto de lo que la mayoría cree. Cita el reciente informe sobre empleo como evidencia de que el verdadero R* puede ser mayor que el consenso porque la economía no parece estar enfriándose con las tasas de interés actuales. Siempre pusimos en duda el primer recorte de tipos de interés, citando la increíble fortaleza del mercado laboral. Analizando de manera sistemática las recesiones que siguieron con bastante rapidez a los últimos tres recortes de tipos de interés, no estamos plenamente convencidos de por qué algunos analistas esperan un recorte de tipos de interés en el corto y mediano plazo. Larry Summers concluyó sus declaraciones de la siguiente manera: «Este fue un informe de empleo candente que sugiere, en todo caso, que la economía se está acelerando. Esto es muy diferente de lo que la mayoría de la gente esperaba y se ajusta a la tesis de que la tasa neutral es más alta de lo que la gente supone y la restricción monetaria es mucho menos potente».
Finalmente, la Reserva Federal debe jugar un rol más apegado a la razón que a la vorágine política del momento. Decimos esto, ya que los Estados Unidos se encuentra inmerso en un proceso electoral y, para evitar un colapso de los mercados e ir fortaleciendo la narrativa de un aterrizaje suave que evite un ciclo recesivo, en su pasada reunión ofrecieron varios recortes de tipos de interés que no corresponden con la realidad geoeconómica del momento y de la misma economía estadounidense. Por tal razón, el liderazgo de la Reserva Federal debe asumir una postura firme: crecimiento o bajar la inflación. Si asume bajar la inflación como norte, debe ser el ajuste correspondiente y desechar la narrativa del aterrizaje suave, ya que, en los últimos 50 años, en solo una ocasión se ha logrado tal proeza de reducir la inflación al rango meta sin provocar una recesión, eso fue en el año 1994. Un punto aislado no debe llevar a la Reserva Federal a crear falsas expectativas que a largo plazo podrían ser catastróficas para la economía. Por consiguiente, es mejor tener un ciclo recesivo leve con baja inflación que un alza inflacionaria perpetua.