El restaurante Paninoteca acaba de estrenar un nuevo menú que fusiona ingredientes tradicionales con peculiares innovaciones y combinaciones apetecibles. Estas son cuatro de los 13 platos que están de estreno. Ninguno de ellos decepciona.

Fashion
Faldas tropicales

La estilista Glency Feliz ha creado una colección de hermosas faldas circulares con peculiares estampados de cotorra, piñas, palmeras… inspiradas en la tendencia tropical, muy a propósito de la temporada estival. Y nadie mejor que la propia Glency para hacer de vocera de sus diseños. En sus recientes apariciones públicas ha demostrado lo bien que le sientan. Los modelos están disponibles en la boutique Mecca, ubicada en la calle Caonabo No.21 casi esquina Enriquillo, Mirador Sur.

Tendencia
Para entrar en frío

Similares a los cubos de hielo, pero a diferencia de éstos no se derriten o diluyen, las rocas refrigerantes son reusables y sirven para conservar la temperatura de tus bebidas. Hasta el 28 de este mes cuando compres un Ron Barceló imperial te llevas un set compuesto por nueve cubos, elaborados a partir de piedras de esteatita natural, que no agregan ningún sabor adicional a tus tragos. Búscalas en los supermercados Jumbo, La Sirena, Nacional, Pola y
La Cadena.

Chin chin
Vinos a RD$100

Si eres amante del vino esta es tu semana, porque el Wine Week de La Enoteca, de Vinos S.A., tiene hasta el día 28 de este mes 100 vinos en oferta, pero lo mejor es que por la compra de una botella la segunda te sale a 100 pesos. Una buena excusa para reafirmar tu predilección por el fruto de la vid. Busca el listado completo de los vinos seleccionados y sus precios en la página www.facebook.com/LaEnotecaRD y la cuenta de Twitter @LaEnotecaRD.

Toque frutal

También, accLas frutas del trópico reconquistan la atención. En los enseres del hogar son protagonistas. Un ejemplo son estos mini bowls en cerámica con diseños de piñas, uvas, naranjas y manzanas que darán un toque refrescante a tu hogar. Están a la venta en Impresión isleña.ede a www.vinos.com.do.

INTRO
Instagram

Todos buscamos la aprobación ajena. Cuando elegimos la ropa en las mañanas, cuando escribimos una frase (dizque) cool en nuestro muro de Facebook, suplicando silentemente por likes o cuando esperamos que en Instagram aumenten los corazoncitos de popularidad de nuestras fotos, estamos buscando caricias para nuestro ego. Me volví oficialmente instagramero este fin de semana.

Después de jurar no involucrarme en más distracciones que robaran mi tiempo de calidad, fui empujado por presión de grupo gracias al Samsumg Galaxy que me regaló (¿o impuso?) Airam. Y en mi torpe aprendizaje de tomar la foto, usar los filtros, taguear, me di cuenta que Instagram es como el sushi: la idea de comer pescado crudo como que no te hace agua la boca. Pero le das una primera y segunda oportunidad, y a la tercera ya lo necesitas. En medio de mi dependencia por compartir urgencias fotográficas, me encontré de repente en una mesa de un restaurante rodeado de otros tres instagram-dependientes que decían: “Ya mi foto tiene 54 likes”, “La mía tiene 82 y hace 5 minutos que la subí”.

Y pensé en cuando era un niño de cinco años y me amarraba los cordones de los zapatos para recibir atención y aprobación adulta. Y me dije: tú no necesitas aprobación de nadie, ni tienes necesidad de ser tan competitivo, ni mendigar estúpidos corazoncitos… Entonces, dejé de pensar porque el plato con la comida llegó a la mesa y había que subir esa foto rápido a Instagram, antes que los otros tres que estaban conmigo  se me adelantaran.