El usuario de las comunicaciones

El usuario de las comunicaciones

El Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) ha puesto en marcha un proceso destinado a la elaboración de un reglamento que contendrá los derechos y deberes de los usuarios o consumidores y de los prestadores de servicios de telecomunicaciones. La noticia es buena. En este mercado hay mucha indefinición en lo que concierne a los derechos de los clientes de las empresas proveedoras de facilidades de comunicación de voz y data y solo parecen válidas las obligaciones de los compradores de estos servicios.
Suponemos que este reglamento habrá de poner en un contexto de equilibrio las letras chiquitas de los contratos, y que el que contrate internet 4G no reciba otra cosa de inferior velocidad y calidad. Tal vez sea posible que la reglamentación obligue a estipular las condiciones en que se efectúa la medición de los consumos de data en comunicación celular por parte de los usuarios. Es cuestionable que los prestadores impongan que la duración de los contratos sea 18 meses, en vez de un año.
Estamos presumiendo que el reglamento anunciado tenga el objetivo de transparentar más la relación comercial y contractual entre los usuarios, que no necesariamente son duchos en tecnología, y los prestadores de estos servicios, que sí dominan estos aspectos y son los que imponen las pautas. Nos vendría bien un paso hacia la equidad.

Una solicitud muy oportuna

Si los haitianos lograran la capacidad de administrar adecuadamente sus recursos naturales, y explotarlos de manera sostenible, los dominicanos resultaríamos beneficiados de alguna manera. Es en ese contexto que valoramos positivamente la solicitud hecha ante la ONU por nuestro ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Francisco Domínguez Brito, para que la comunidad internacional suministre a Haití el apoyo necesario para una adecuada protección ambiental.
La falta de ese apoyo ha provocado que los haitianos hayan destruido sus bosques y estén destruyendo los nuestros para satisfacer sus necesidades de carbón y leña. La isla está sometida a las amenazas y desafíos del cambio climático, que serían más llevaderos si Haití lograra la capacidad necesaria para valorar, administrar y cuidar su ambiente.

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