Tengo miedo

Tengo miedo de que la imagen pública de República Dominicana, luego de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, se deteriore de tal manera que los turistas que visitan frecuentemente al país se ahuyenten. Miedo de que excluyan al país de importantes organismos internacionales, por el hecho de que un tribunal bipolar no midiera en su totalidad las consecuencias de una decisión.

Tengo mucho miedo de que algunos funcionarios públicos sigan manejando las instituciones públicas como si fuesen patrimonios propios, sin que ningún organismo del Estado haga nada al respecto. Miedo a las mentiras continuas que predican y difunden por los medios de comunicación falsos profetas, que dicen defender los derechos de los trabajadores.

Sí, tengo miedo de que la seguridad ciudadana y la deficiencia del sistema energético sigan de mal en peor. Siento miedo de los que tratan de sepultar la libertad de expresión, solo para impedir que el pueblo conozca sus malas acciones. Miedo de que con la reforma al Código de Trabajo, los trabajadores pierdan más que lo que puedan ganar.

No lo voy a negar, tengo miedo de que las personas que han sido designadas para hacer cumplir la Constitución y las leyes del país, sean los primeros en violarlas. Miedo de que los ciudadanos no se empoderen de los problemas sociales. Miedo de que los políticos dominicanos sigan arrodillándose al poder económico y al narcotráfico.

De verdad, tengo miedo de que los jóvenes dominicanos luego de graduarse no consigan un trabajo decente. Miedo de que un segmento importante de los dominicanos considere que el sistema judicial no funciona como debería.

Miedo de que dominicanos sin alma y corazón continúen matando personas con la venta de fármacos falsificados, vencidos y re-etiquetados, y no pase absolutamente nada.