EL VALOR DE IMAGEN

<P>EL VALOR DE IMAGEN</P>

Líderes titiriteros. Lograr que una organización sea percibida y reconocida como un buen lugar para trabajar, es una tarea que no se concretiza a corto plazo. Para lograr esta meta es imprescindible la presencia de líderes que gestionen estratégica e integralmente los procesos, procedimientos, recursos humanos, financieros y tecnológicos disponibles.

Se ha comprobado que el liderazgo positivo es un intangible que puede llegar a impactar el desempeño global de las empresas e instituciones. La calidad humana y profesional de los líderes se perciben en el clima laboral, en la proyección de la imagen pública de la organización, así como en el nivel de  motivación, participación y creatividad del talento humano.

En el entorno competitivo actual, caracterizado por la globalización y la presencia de consumidores cada vez más informados y exigentes, el liderazgo es una realidad que va más allá de la teoría. Los líderes con valores no tratan a sus colaboradores como si fuesen títeres. Para ser un líder transformador no basta con tener autoridad y poder.

La peor maldición que le puede caer a una organización, ya sea en el contexto corporativo o político, es ser gestionada por líderes titiriteros. Este tipo de liderazgo se caracteriza por ser excluyente, autoritario, burocrático y poco participativo. En definitiva, los líderes titiriteros no creen en la institucionalidad. Su estructura mental no les permite actuar de manera objetiva y racional. Sufren de crisis afectiva, razón por la cual usan y manipulan a su antojo a los débiles de personalidad.

Se ha comprobado que los líderes que razonan y deciden como los titiriteros, transforman las empresas e instituciones en lugares tóxicos. Sus jugadas y movimientos solo responden a criterios e intereses personales.

La falta de liderazgo paraliza y anquilosa la creatividad del talento humano.

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