El valor de la imagen

El valor de la imagen

La imagen de lo simple

Parecería que con la llegada del papa Francisco al Vaticano, lo simple, lo humilde, lo sencillo y lo transparente vuelven a recobrar su valor original, como aspectos intangibles que caracterizan positivamente la vida, las relaciones y la imagen pública de los seres humanos y las organizaciones del siglo XXI.

Las señales de lucha frontal contra la corrupción, la impunidad y el respeto a la dignidad humana que viene protagonizando el primer pontífice latinoamericano, son mensajes precisos y concisos de que alguien en el mudo está tratando de motivar a las personas, a las empresas e instituciones para que retomen la transparencia, la solidaridad, el compromiso y la humildad como valores positivos de vida.

El estilo simple, firme y pertinente con que el Papa Francisco toma decisiones y actúa, han permitido que millones de católicos vuelvan a entusiasmarse. Sin dudas, la lucha contra el lujo, la corrupción y la vanidad que amenazan con destruir la imagen del Vaticano, son las acciones que poco a poco están contribuyendo a recuperar la reputación y la confianza de la iglesia católica.

Con la llegada del Papa Francisco al Vaticano, lo simple, lo humilde y lo autentico, recuperan su verdadero valor, ya que los mensajes verbales y no verbales de accesibilidad, energía, sencillez, juventud e informalidad que éste comunica, contribuyen a proyectar una imagen orientada hacia la gente. Bien harían los líderes políticos, empresariales, sindicales, religiosos, sociales y los funcionarios públicos, en detenerse aunque sea por un breve momento para reflexionar acerca del pensamiento y la obra del Papa. Si tan solo pudieran poner en práctica un poquito de la sencillez, la humildad y la transparencia que caracterizan el estilo simple de Francisco, es casi seguro que la deteriorada moral de la sociedad dominicana mejoraría.

 

 

 

 

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