El valor de la imagen

El valor de la imagen

Percepción e imagen

La imagen pública es un proceso complejo y dinámico que se inicia con percepción. La percepción es la sensación interior que resulta de una experiencia, una impresión, una información o cualquier otro evento que afecte positiva o negativamente los sentidos. En este orden, si se desea crear y mantener una imagen pública sostenible, lo más aconsejable sería decidir y actuar correctamente en cada momento y frente a cualquier circunstancia.

Cuando las decisiones y actuaciones son coherentes y pertinentes, éstas automáticamente generan percepciones positivas, las que en el corto plazo inducen a crear opiniones, actitudes e imagen favorables. De ahí que si los estímulos o mensajes que producen y difunden las personas, empresas e instituciones son positivos, lo más lógico es que éstos incidan positivamente en las percepciones e imagen pública.

Muchas empresas e instituciones incurren en el error de implementar estrategias y acciones tácticas de relaciones públicas, tratando de crear o fabricar un determinado estado de percepción colectiva que les permita lograr ciertos propósitos. No es inteligente crear y mantener percepciones a partir de mentiras y manipulación de la realidad. Con esta práctica solo se consigue falsear y desenfocar la imagen.

Los clientes, consumidores y público en general se forman una determinada percepción, la que luego se convierte en imagen pública, como consecuencia de la cantidad de estímulos o mensajes que, de manera consciente e inconsciente, producen y difunden las empresas e instituciones con las que se relacionan. Es una mala idea pensar que creando percepciones falsas es posible obtener opiniones, actitudes e imagen positivas.

El camino más corto y seguro para crear y mantener una imagen pública creíble y sostenible, es decidiendo y actuando correctamente siempre.

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