Para crear un clima laboral que motive al talento humano a ser productivo y creativo, es necesario ir más allá de invertir cuantiosos recursos financieros en tecnología de punta y en mejoras a la planta física.

Lo cierto es que la calidad y estabilidad del clima laboral solo se logran cuando las organizaciones son dirigidas por líderes sanos emocionalmente y con las competencias necesarias para entender y respetar a los que piensan diferente de ellos.

El pensamiento proactivo, la actuación positiva, la actitud de servicio y la buena toma de decisiones,  son atributos que distinguen y diferencian, en cualquier escenario, a los líderes.

Al fin y al cabo, es el estilo de liderazgo lo que impacta positiva o negativamente la calidad del clima laboral y la sostenibilidad de la cultura organizacional.

En pocas palabras, líderes sanos crean organizaciones sanas y sostenibles.

No siempre las empresas e instituciones tienen el privilegio de ser gestionadas por líderes actualizados, visionarios y libres de resentimientos.

Con capacidad y humildad para conocer, analizar e implementar modelos o enfoques gerenciales exitosos, mediante los cuales se prioricen los resultados sostenibles y el buen clima laboral. Es decir, directivos y ejecutivos enfocados en la mejora continua, a través de la actualización del conocimiento y las habilidades. 

En el entorno corporativo actual, caracterizado por la globalización de los mercados y el vertiginoso desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, es casi imposible lograr que las organizaciones sean sostenibles, productivas, competitivas y valoradas positivamente por sus colaboradores internos y externos, lideradas por directivos y ejecutivos anclados a criterios gerenciales autoritarios, verticales, centralizados y personales.